miércoles, 14 de agosto de 2013

Dios es amor

Y nosotros hemos conocido y creído el amor que Dios tiene para con nosotros. Dios es amor; y el que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él. (1 Juan 4:16)
Dios es amor, lo dice con cada amanecer, lo dice con el aire que respiras. El Señor hizo el universo para poder compartir la vida con todas sus criaturas. La ternura del Creador se ve reflejada en toda su creación. Los bebés cuando nacen reflejan la inocencia y pureza de la mano que los entretejió en el vientre de su madre. Los niños en sus tiernas palabras y juegos están más cerca de Dios que los adultos, el pecado no oscureció sus personalidades y reflejan más fielmente el rostro de Jesús.
Todo aquel que permanece en el amor permanece en Dios y Dios en él. El amor abnegado es la esencia del Creador. En un ser humano el amor es una sentimiento y un principio, en cambio en Dios, el amor es tan abarcante y esencial que deja de ser una cualidad para convertirse en la sustancia misma de su carácter.
En toda la creación puede verse la firma de Jesús. Los animales, por sencillos que sean, cuidan con admirable dedicación a sus pequeñas crias, ningún pajarito del cielo deja desamparado a sus polluelos. Las hormigas por ejemplo, muestran una notable laboriosidad sin necesidad de tener capitán o señor, esta es una cualidad que proviene del siempre activo y maravilloso Carpintero Divino. Los ríos reciben sus aguas de las lluvias pero reciben para alimentar a los océanos, nada fuera del egoísta corazón humano existe para sí mismo.
Cualquier hombre que vive para servir y amar permanece en Dios y Dios en él. Quién sirve a los demás tiene a Jesucristo en su corazón, pero el servicio verdadero es aquél que no busca nada a cambio, el amor verdadero consiste en una entrega desinteresada que se realiza por un profundo deseo de beneficiar al otro. El amor es el sustento inagotable de la vida.
Cualquiera que actúa inspirado por el amor encontrará nuevas fuerzas y motivaciones que los impulsarán hacia adelante. Quien abreva de la Fuente Eterna del amor nunca se hallará desesperado, porque Dios le comunicará paz y esperanza que lo guiarán a través de todas las tribulaciones y penalidades de la vida.
Las espinas no pueden opacar las hermosas rosas; una nube de  lluvia no puede ocultar el sol para siempre, y la muerte no podrá detener para siempre a la vida que se abrirá paso a través de la resurrección de Jesucristo en el día que Dios dará la recompensa final a todos aquellos que hallan aprendido el verdadero sentido del amor.

sábado, 16 de marzo de 2013

El bautismo de Jesús


También dio Juan testimonio, diciendo: Vi al Espíritu que descendía del cielo como paloma, y permaneció sobre él.
Y yo no le conocía; pero el que me envió a bautizar con agua, aquél me dijo: Sobre quien veas descender el Espíritu y que permanece sobre él, ése es el que bautiza con el Espíritu Santo.
Y yo le vi, y he dado testimonio de que éste es el Hijo de Dios. (Juan 1:31,34)

El momento del bautismo de Jesús fue sublime. Aquel acontecimiento había sido profetizado en el libro de Daniel con la profecía de las 70 semanas. Israel estaba viviendo un momento de reavivamiento espiritual y los corazones estaban expectantes por la llegada del Mesías que habría de liberar al pueblo de Israel del yugo de la esclavitud.
Cuando Juan bautizó a Jesús, vió descender el Espíritu Santo en forma de paloma. La paloma es un símbolo de paz y de reconciliación de los hombres con Dios. Noé había enviado una paloma cuando terminó el diluvio que trajo una hoja de olivo en su pico como evidencia que la tierra estaba descubierta. En el bautismo de Jesús el Espíritu Santo descendió en forma de paloma para anunciar la reconciliación de Dios con los hombres porque “Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo (2 Corintios 5:19).
En el bautismo de Jesús estuvo presente el Espíritu Santo para anunciar que comenzaba un nuevo período en la historia de la humanidad. Dios enviaba a su hijo para poner fin a la separación resultante de la transgresión. El Padre celestial enviaba a su Ungido para liberar al mundo de la esclavitud del pecado.
En aquel momento sublime estaban presentes las tres personas de la Trinidad. El Padre se presentó cuando se escuchó una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia. (Mateo 3:17)
Jesús vino al mundo a bautizar con el Espíritu Santo. Vino a enseñar  cosas ocultas desde la eternidad, vino a manifestar los pensamientos y sentimientos más ocultos del Padre Celestial. Cristo se convirtió en el gran legislador, por medio de sus enseñanzas la humanidad pudo ver el lado más profundo y espiritual de la ley. La ley, antes escrita en tablas de piedra, venía a ser escrita en los corazones de los hombres. Cada hombre que buscara a Dios con todo el corazón, y con todas sus fuerzas tendría ahora acceso al Padre por medio de la intercesión de Cristo.
Este era el sumo sacerdote profetizado, aquel en cuya persona se cumplían todos los símbolos y rituales establecidos en la ley de Moisés. En la persona de Cristo tenía su realización y cumplimiento cada sacrificio y cada ceremonia que preanunciaban su llegada al mundo. La historia llegaba a un punto de inflexión del cual nunca más regresaría.
Por medio del bautismo del Espíritu Santo, los hombres comprenderían finalmente la naturaleza misericordiosa y amorosa del Padre. Los hombres entenderían con el bautismo de Jesús que Dios es amor y  anhela la salvación y bienestar de sus hijos. Los hombres serían santificados por la presencia del Espíritu de Verdad, abriría sus ojos y finalmente se le quitaría la máscara Lucifer el padre de la mentira.
El Hijo de Dios había llegado a la Tierra, único especial, sin pecado. Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. (Hebreos 4:15) Jesús vino a ser el Santo Hijo de Dios, apartado de todo pecado y maldad. Un ejemplo perfecto a seguir, lleno del Espíritu de Dios. Nunca la humanidad había estado tan cerca de Dios, con el bautismo de Jesús comenzaría su ministerio de perdón y liberación.
Los enfermos acudían a Cristo y eran sanados por el poder de Dios, las cadenas del pecado eran rotas, la enfermedad, resultado de la transgresión, curada. Los corazones endurecidos por la infracción a la ley de Dios eran enternecidos y la imagen de Dios en la humanidad restaurada. Había llegado el gran libertador de la humanidad.

viernes, 8 de marzo de 2013

HIjos de Dios



Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios. (Juan 1:12, 13)

A pesar del rechazo siempre ha habido almas dispuestas a aceptar el mensaje de salvación. Jesús no había venido a llamar a justos sino a pecadores al arrepentimiento. Tan sólo el alma que ha aceptado su condición de pecado puede aceptar gozosamente el mensaje de la salvación. Ninguna persona que no haya tomado conciencia de su enfermedad mortal y que no sienta la necesidad de purificación de los pecados podrá aceptar el mensaje del Redentor que vino a llevar nuestros pecados para darnos una segunda oportunidad.
La primera condición ineludible para nacer como hijos de Dios es creer en el nombre de Jesús. Pedro dijo que no hay otro nombre dado a los hombres debajo del cielo en el cual pueda hallarse salvación. Al invocar el nombre de Jesús, aceptamos sus enseñanzas y por sobre todas las cosas que el Hijo de Dios tomó nuestro lugar en la cruz, llevó sobre sí nuestros pecados y por sus llagas fuimos curados. Al aceptar el nombre de Jesús, aceptamos que necesitamos nacer de nuevo, para dejar nuestra vida de pecado atrás. De esta manera justificamos a Dios y aceptamos que su ley es santa justa y buena y que su transgresión lleva a la destrucción de la vida.
Los hijos de Dios no son engendrados de carne o de sangre. Toda la raza humana es en cuanto creación propiedad de Dios. Sin embargo, ser hijos de Dios en el espíritu va más allá de una mera descendencia carnal. La filiación divina está relacionada con un nacimiento espiritual. Al someternos a los mandamientos de Dios, entonces sometemos nuestro espíritu a la voluntad divina y por lo tanto, nuestro espíritu es recreado a imagen y semejanza del Salvador. La imagen deteriorada de Dios en el hombre, es restaurada por la observancia a los mandamientos de Dios y el hombre recupera su naturaleza pura y santa.
En el nombre de Jesús los apóstoles echaban fuera demonios, devolvían la vista a los ciegos, sanaban enfermos y resucitaban muertos. Jesús dio la promesa de que todo lo que pidiéramos en su nombre El lo haría. Sin embargo, a pesar de todos estos preciosos dones del Espíritu otorgados en el nombre de Jesús, el mayor de todos los dones de Dios es el perdón de los pecados.  Al nacer como hijos de Dios por el nombre de Jesús nuestros nombres son anotados en el libro de la vida del Cordero. De esta manera en el día del juicio final, cuando el juez se siente sobre la silla y sean puestas delante de El todas las naciones, solamente aquellos que estén inscriptos en el libro de la vida podrán heredar la vida eterna y habitarán por siempre en la tierra prometida junto a Dios.

jueves, 7 de marzo de 2013

el Verbo Creador


En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.
Este era en el principio con Dios.
Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.(Juan 1:1-3)

En el principio era el Verbo, la Palabra de Dios, el pensamiento de Dios audible. El Verbo era con Dios y el Verbo era Dios. El Verbo era una persona que habitaba con Dios, era la manifestación del pensamiento de Dios y aunque era una persona separada y distinta de Dios, en realidad era Dios mismo.
 A través de la Palabra fueron creadas todas las cosas. El Verbo es la Persona Divina que conecta lo invisible de Dios con lo visible, es un conducto por el cual se canaliza todo el amor de Dios para crear el universo. El Verbo es un punto de conexión entre lo infinito, lo eterno de Dios y lo finito y comprensible de toda su creación.
 Todas las cosas por él fueron hechas y sin El nada de lo que ha sido hecho fue hecho.
 Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad. (Juan 1:14)
 El Verbo se hizo carne a través de la virgen María. El Verbo se materializó en un hombre de carne y hueso venido en semejanza del resto de los seres humanos. Dios envió a su hijo en semejanza de carne de pecado (Romanos 8:3).  El Verbo Dios llevó sobre sí todas las flaquezas de una raza caída, sin embargo Jesús fue santo desde su nacimiento. No existía en Jesús ninguna propensión hacia el mal. El Salvador amaba hacer lo bueno por naturaleza, al igual que el primer Adán, Jesús  vino al mundo impoluto, sin la mancha del pecado para llegar a ser el segundo Adán. A diferencia del resto de los hombres no existía en Jesús ninguna atracción por lo malo. Jesús por naturaleza cumplía con la ley del amor abnegado que rige el universo.
 Jesús estaba lleno de gracia y de verdad. Jesús vino a manifestar la gracia de Dios, su perdón y amor por el pecador. Antes de que llegara al mundo la raza humana estaba sumida en el pecado. Las tinieblas y el error reinaba por doquier, como un barco sin capitán los hombres eran náufragos en el mar de la historia. Jesús vino lleno de verdad, vino a este mundo para oponerse al padre de la mentira Lucifer quien con sus engaños había llevado a nuestros antepasados a la transgresión y por sus mentiras había comenzado  a expandirse el error y la confusión en el universo. Jesús vino a poner freno a toda la maldad. Lleno de verdad declaró los misterios ocultos por siglos, para que la verdad se convirtiera en un faro que atrajera a las almas hacia la salvación.
El es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación.
 Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él. (Colos 1:15,16)
Jesús la Palabra de Dios hecha carne es la imagen del Dios invisible.  Antes de tomar forma humana, Jesús había sido el primogénito de la creación. Cristo es el principio generador de todas las cosas, tanto de las celestiales como de las terrenales. Cada criatura fue creada por Jesús en el principio, cada átomo y las órbitas de sus partículas están regidas por la palabra del Verbo Dios. Todas las cosas por El fueron hechas y sin El nada de lo que ha sido hecho fue hecho. Misteriosamente el Creador de todo el universo vino a este mundo tomando forma humana. Un misterio inigualable por el cual toda la potencia del Dios invisible estaba concentrada en un punto en el universo y se hacía visible en un ser humano aparentemente igual al resto de su congéneres.

 Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo (Hebreos 2:14)

 Jesús participó de carne y de sangre para llegar a ser semejante a sus hermanos en todo. Nunca la raza humana estuvo más cerca de Dios que cuando el carpintero divino habitó entre los hombres. Despojándose de su gloria y majestad celestiales vino a este mundo enfermo. El Verbo estando en el cielo gozaba de la alabanza y adoración de todas las criaturas celestiales. Sin embargo, eligió el camino del sacrificio y el perdón, dejó atrás la incomparable dicha del cielo desvistiéndose de su majestad y gloria para venir al planeta tierra y convertirse en un hombre. Vino el Rey del universo a nacer en un humilde pesebre para ser hijo de dos personas humildes y pobres como fueron José el carpintero y María. En esto Jesús no s enseña la ley del amor desinteresado que busca primeramente el bien de los demás antes que su propio bien. Esta ley rige el universo, nada fuera del egoísta corazón humano vive para sí mismo. Cada parte del universo tiene una utilidad y función para complementar, sustentar a sostener a otro elemento de la creación. El agua de las lluvias alimenta a cada planta y árbol que a su vez sustentan con sus frutos a todas las criaturas. Las abejas obtienen el polen de las flores para fabricar miel pero con su trabajo polinizan cada planta y permiten así su desarrollo y procreación.
 Se puede ver en la creación un entramado de relaciones que hablan de interdependencia. Cada ser del universo toma de los demás, pero toma para dar. En esto se manifiesta el carácter de Dios que dejó su marca indeleble en la obra de sus manos.

martes, 5 de marzo de 2013

La alimentación en el conflicto entre el bien y el mal


Nuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo. Hemos sido comprados por precio y somos meros mayordomos de nuestras fisonomías. Aquel que destruye su cuerpo es un siervo negligente, destruye igualmente su relación con el Creador.
 Dios nos habla principalmente a través de nuestro cerebro.  A través de nuestro cerebro podemos distinguir el bien del mal. A medida que potenciamos las facultades de nuestro cerebro, logrando su máximo rendimiento mediante un cuidado diligente del cuerpo, perfeccionamos nuestra relación con Dios. Nuestro discernimiento del bien y del mal se agudiza y nuestra mente se fusiona con la mente del Altísimo.
Aquellas personas que no brindan a sus cuerpos los cuidados debidos haciendo que sus facultades mentales se deterioren progresivamente, están poco a poco entrando en el campo del Destructor. Las trampas del enemigo de Dios han sido diseñadas para tener su culminación final a lo largo de mucho tiempo. Lucifer mina las fuerzas físicas y espirituales poco a poco y finalmente concreta sus maquinaciones cuando el alma está debilitada luego de haber cedido paulatinamente a la tentación.
La alimentación constituye uno de los puntos centrales en el conflicto entre el bien y el mal. Fue por el alimento que el pecado entró a la Tierra cuando Eva comió del fruto del árbol prohibido. Fue por ceder al apetito pecaminoso que su esposo acompañó a la infractora en su rebelión. Fue por el apetito que los israelitas se rebelaron contra Dios en el desierto cuando clamaron por carne cuando el Padre celestial les daba una provisión diaria de maná. Por el desear un plato de comida el profano Esaú vendió su primogenitura.
Por el otro lado, Jesús venció en el desierto prevaleciendo sobre la tentación precisamente donde el primer Adán había cedido. Luego de un ayuno de 40 días el Salvador del mundo venció a Lucifer en el apetito y luego comenzó con su ministerio de salvación y redención de la humanidad.
El control del apetito permite dominar el carácter. Quien refrena sus pasiones en la alimentación cotidianamente está ejercitando su templanza. Al vencer en esta área el cristiano encuentra fortaleza para vencer en el resto de las áreas que conforman su vida espiritual.

viernes, 14 de diciembre de 2012

Las especies y las mutaciones


Y dijo Dios: Produzca la tierra seres vivientes según su género, bestias y serpientes y animales de la tierra según su especie: y fué así.
E hizo Dios animales de la tierra según su género, y ganado según su género, y todo animal que anda arrastrando sobre la tierra según su especie: y vió Dios que era bueno.(Génesis 1:24,25)

Dios creó los animales de la tierra según su especie. Esto quiere decir que dentro de una especie podemos encontrar diferentes tipos o razas de animales. Dentro de la especie perro podemos encontrar caniches, dovermans ovejeros, etc. Lo mismo sucede con los elefantes, serpientes, etc.
Cada especie posee dentro de su genética un espectro de respuestas posibles a los diferentes climas en los que pudiera desarrollar su vida. Por ejemplo, los pinzones de las islas Galápagos tienen diferentes tipos de picos de acuerdo al lugar de la isla en donde vivan. Sin embargo, nunca dejan de ser pinzones, tan solo han dado una respuesta que se encontraba dentro del abanico de posibilidades de su ADN. De igual manera, el hombre tiene en su fisiología diferentes respuestas a los estímulos del medio ambiente. Por ejemplo, cuando una persona toma sol, su piel se torna oscura, se broncea. Existen ciertos pueblos de hombres que están constantemente expuestos al sol y al calor por lo cual han desarrollado pieles oscuras, estos son los hombres que habitan el continente africano. El hecho que sus pieles sean oscuras no significa que sean una especie distinta. Ellos son hombres y nadie puede negarlo. De igual forma las personas que habitan sobre el nivel del mar, tienden a ser más altas que aquellas que habitan en zonas montañosas y de altura debido a que la presión del medio ambiente determina que se alcancen alturas mayores o menores.
Todos estos son ejemplos fácilmente identificables en la naturaleza que forman parte del mundo visible y real. Sin embargo, nunca encontraremos en el mundo ejemplos de especies que se transformen con el paso del tiempo en especies completamente nuevas, con órganos nuevos y con información genética completamente distinta.
La teoría de la evolución se basa en el hecho de que los animales van cambiando de una especie a otra a medida de que pasan los siglos, milenios y millones de años. Los evolucionistas afirman que las mutaciones que ocasionalmente se dan en los seres vivos, van generando pequeños cambios que a lo largo del tiempo, sumados, hacen que una especie se transforme en otra especie completamente distinta y nueva.
Sin embargo, los científicos han intentado reproducir esta teoría falaz siempre con resultados negativos, exponiendo a algunas especies de insectos a radiación para lograr mutaciones en su información genética. Lo cierto es que despues de haber realizado estos experimentos siempre se obtuvieron mutaciones degenerativas. Es decir, la información genética era degenarada por la radiación y obtenían insectos con menos órganos o con órganos fuera de lugar. Por ejemplo, se realizaron experimentos sobre la mosca de la fruta y se obtuvieron moscas con patas en la cabeza o con patas en la espalda y cosas semejantes.
Esto se debe a que la información genética fue puesta allí por Dios. Como un ingeniero biomecánico diseña un proyecto e introduce la información del proyecto en su obra de ingeniería, de la misma forma el ADN de todos los seres vivos contiene la información puesta allí por Dios, que refleja el diseño, pensado por Dios.
Otro claro ejemplo lo encontramos en la jirafa. Los evolucionistas afirman que la jirafa era un tipo de camélido que debido a que se desarrolló en zonas dónde las copas de los árboles eran altas, entonces con el tiempo fueron desarrollando cuellos largos para alcanzar las copas, hasta que por fin se convirtieron en una especia nueva y distinta, las jirafas. Sin embargo, esta es una apreciación superficial porque cuando analizamos detenidamente el diseño de la jirafa nos damos cuenta que no se trata de un cuello largo simplemente sino de una maravilla de la ingeniería biológica divina. El cerebro de la jirafa contiene una esponja. Esta esponja es vital para que la jirafa pueda agacharse y beber agua. Cuando la jirafa baja su largo cuello hacia el agua, un sistema de válvulas se pone en funcionamiento para cortar el paso de la sangre hacia el cerebro, de lo contrario el cerebro se dañaría por la presión de la sangre. Cuando la jirafa baja su cuello, la esponja de su cerebro se llena de sangre. Una vez que la jirafa terminó de beber el agua, levanta su cuello nuevamente, si el animal no tuviera esta esponja para proveer rápidamente de sangre al cerebro, al ponerse de pie nuevamente, sufriría  mareos o desmayos. Pero gracias a esta esponja no sufre ningún mareo lo que le permite escapar sin ningún tipo de problema casi en forma inmediata en caso de haber algún depredador cerca. Por lo tanto, vemos que el cuello de la jirafa no es meramente un cuello largo, sino que se trata de un animal que posee un complejo diseño, pensado y articulado detenidamente por Dios para hacer de la jirafa un animal con cualidades distintivas y particulares.
En todos los animales podemos ver al Gran Diseñador. Es imposible pensar que los animales con en toda su diversidad hayan surgido de la nada, por el mero devenir de circunstancias azarosas, sin ningún tipo de control o plan. Si tu vinieras por la calle y de repente encontraras una Ferrari en la calle, nunca se te ocurriría pensar que ese motor es producto del azar, o que esos colores y fino diseño se formaron por la combinación de un poco de viento y electricidad sumados a los elementos de la tierra ¡De ninguna manera! En verdad pensarías: Alguien diseñó este hermoso automóvil. Alguien planificó cada uno de sus componentes conectados unos con otros, que en su totalidad hacen que la Ferrari se convierta en una asombrosa maquina que alcanza grandes velocidades. Lamentablemente, aunque una simple articulación del dedo humano pone en ridículo a la más bella Ferrari, el corazón de los seres humanos se niega a ver al Padre Divino en su creación. Un sola articulación compuesta por células y tendones, músculos y huesos conectados al cerebro y sistema nervioso es incomparablemente superior a cualquier máquina que le hombre pueda fabricar.
Tristemente el pecado oscureció el corazón de los hombres para no ver la verdad. Te invito estimado lector a que veas a Dios en sus obras y reconozcas nuestro gran Padre y Creador que te pensó desde la eternidad para que vivas en este mundo asombroso y te ama profundamente.








martes, 4 de diciembre de 2012

LA CREACION

Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, la mar y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día: por tanto Jehová bendijo el día del reposo y lo santificó.(Exodo 20:12)

El séptimo día de la semana, fue apartado por Dios como conmemorativo de la creación del mundo. Era el plan de Dios que en este día el hombre pudiera contemplar las maravillas creadas por su Padre Celestial y fortalecer los vínculos de amor.
Charles Darwin, mentor de la teoría de la evolución, tiene una influencia enorme en el mundo científico de hoy en día. La mayoría de los biólogos, antropólogos y científicos en general aceptan la teoría de la evolución como una verdad incuestionable. Ellos piensan que el hombre y los animales surgieron de las formas más bajas de vida. Sin embargo, un estudio concienzudo del evolucionismo revela que es una teoría llena de errores y de presuposiciones que la convierten en una creencia casi religiosa, más que en una teoría basada en los hechos.
¿Cómo surgió la vida? es una pregunta a la cual los evolucionistas no pueden dar respuestas. Solamente pueden especular, diciendo que la vida surgió por ondas eléctricas que impactaron sobre los elementos inertes de la tierra y originaron la vida. Una especie de laboratorio de Frankestein natural que dio origen a la vida. Sin embargo, esto nunca sucede en la naturaleza.
En el mundo podemos ver que la vida proviene siempre de la vida. Tan sólo un ser vivo puede engendrar a otro ser vivo. Este principio fue descubierto por Pasteur cuando cubriendo herméticamente trozos de alimento, pudo constatar que no se formaban bacterias sobre la comida, entonces llegó a la conclusión que la vida provenía de una fuente exterior.
Todo ser vivo tiene un antecesor vivo. Si tomamos un ser humano como ejemplo y nos remontamos hacia el pasado vemos que este proviene de su padre, luego un abuelo, un bisabuelo, etc. Y si remontamos el estudio del árbol genealógico hasta 6 mil años atrás vemos que el Padre de todos los seres humanos es Dios. Por ello Aristóteles, sin conocer el relato bíblico, llamo a Dios la causa primera o la causa incausada. Todas las criaturas tienen una causa fuente, una causa de la cual provienen, pero Dios no tiene ninguna causa fuente porque El es la fuente de todas las cosas, Dios habita en la eternidad y sólo El trasciende el pasado y el futuro. Dios es el único ser vivo que no tiene otro ser vivo como antepasado. Por eso el es el SER.
Los seres vivos están formados de unos ladrillos fundamentales llamados aminoácidos. Estos aminoácidos nunca se forman espontáneamente en la naturaleza. Estos ladrillos consisten en cadenas complejas de carbono, oxígeno e hidrógeno. A pesar de ser la base de la vida nunca encontramos que un sencillo aminoácido se forme en un lago o en la tierra espontáneamente o como consecuencia de una lluvia ¿De dónde provienen estos pequeños ladrillos? Tienen un diseño, son funcionales y útiles para formar la vida.
En el siguiente escalón de la escalera de la vida encontramos a las proteínas. Las proteínas están compuestas por cientos y hasta miles de aminoácidos. Cada proteína cumple una función específica dentro del sistema celular de los seres vivos. Lo increíble es que si cambiáramos un solo aminoácido que conforma a una proteína, esta dejaría de ser útil y funcional, como si quitáramos un pequeño microchip que hace que un aparato funcione.
Pero podemos subir un escalón más y nos encontramos con la primera unidad viva: la célula. La célula es comparada con una ciudad compleja con sistema de cableado eléctrico, sistema de transportes, de tuberías de agua y gas, etc. El funcionamiento de la célula es maravilloso y constituye un desafío para el mundo científico. Hasta el momento con todos los avances tecnológicos, ningún científico ha podido reproducir una sola célula en su laboratorio. La célula con su membrana que posibilita la entrada de los elementos necesarios para su funcionamiento; la célula que tiene en las mitocóndrias un sistema enérgetico inigualable, ningún motor humano es tan eficiente y perfecto como la mitocondria; La célula en cuyo núcleo encontramos el ADN, una enciclopedia de 600 tomos que contiene el diseño de cada uno de los órganos del cuerpo humano.
Si el lector aún no está conforme, podemos subir otro escalón y nos encontramos con los tejidos, músculos y órganos. Podemos analizar uno en particular: el ojo ¿Cómo es que una cámara de videos biológica sin igual se forma de la nada? Es absolutamente imposible. El ojo humano, con todos sus componente no encuentra par en el mundo de la ciencia moderna. El ojo humano cuyo nervio óptico lo conecta a una super computadora: el cerebro, un procesador capaz de realizar funciones únicas.
En el cuerpo humano podemos encontrar un diseño perfecto. Todo diseño revela la existencia de un diseñador. Si viéramos una Ferrari en la calle, aunque su diseñador no estuviera en el lugar, nadie dudaría que este artefacto maravilloso fue pensado, diseñado y fabricado siguiendo reglas y aplicando conocimientos científicos ¿No hay conocimiento científico en el cuerpo humano que pone en ridículo a toda la ciencia moderna? Para que el ojo pueda ver, tiene que estar conectado a un cerebro, que a su vez recibe su energía del sistema estomacal y del sistema cardiovascular, que además alimentan todos los músculos del cuerpo humano y cada uno de sus órganos.
En definitiva, si analizamos sin prejuicios el asombroso diseño de la vida llegamos a la inevitable conclusión de que existe un Diseñador sumamente inteligente, que conoce los secretos más profundos de la ciencia. Dios, el gran Creador, es el único que puede haber originado todo el universo. Tan sólo un Ser con una mente que trasciende el tiempo y el espacio puede haber pensado y puesto por obra el Universo con todos sus componentes y la vida que lo puebla.
 La teoría de la evolución es falsa. Ella fue creada por mentes que pretendían sacar a Dios del corazón humano. Esta teoría ha despojado al hombre de su filiación divina ¡Cuán diferente es el comportamiento de los hombres cuando se saben hijos de Dios! Pero el hombre hoy siente que es un animal más, producto del azar y de un proceso descontrolado,  frio. La verdad es que cada ser humano, fue pensado, diseñado y creado por un Dios lleno de amor y compasión