Y
dijo Dios: Produzca la tierra seres vivientes según su género, bestias y
serpientes y animales de la tierra según su especie: y fué así.
E
hizo Dios animales de la tierra según su género, y ganado según su género, y
todo animal que anda arrastrando sobre la tierra según su especie: y vió Dios
que era bueno.(Génesis 1:24,25)
Dios creó los animales de la tierra según su especie. Esto
quiere decir que dentro de una especie podemos encontrar diferentes tipos o
razas de animales. Dentro de la especie perro podemos encontrar caniches,
dovermans ovejeros, etc. Lo mismo sucede con los elefantes, serpientes, etc.
Cada especie posee dentro de su genética un espectro de
respuestas posibles a los diferentes climas en los que pudiera desarrollar su
vida. Por ejemplo, los pinzones de las islas Galápagos tienen diferentes tipos
de picos de acuerdo al lugar de la isla en donde vivan. Sin embargo, nunca
dejan de ser pinzones, tan solo han dado una respuesta que se encontraba dentro
del abanico de posibilidades de su ADN. De igual manera, el hombre tiene en su
fisiología diferentes respuestas a los estímulos del medio ambiente. Por
ejemplo, cuando una persona toma sol, su piel se torna oscura, se broncea.
Existen ciertos pueblos de hombres que están constantemente expuestos al sol y
al calor por lo cual han desarrollado pieles oscuras, estos son los hombres que
habitan el continente africano. El hecho que sus pieles sean oscuras no
significa que sean una especie distinta. Ellos son hombres y nadie puede
negarlo. De igual forma las personas que habitan sobre el nivel del mar,
tienden a ser más altas que aquellas que habitan en zonas montañosas y de
altura debido a que la presión del medio ambiente determina que se alcancen
alturas mayores o menores.
Todos estos son ejemplos fácilmente identificables en la
naturaleza que forman parte del mundo visible y real. Sin embargo, nunca
encontraremos en el mundo ejemplos de especies que se transformen con el paso
del tiempo en especies completamente nuevas, con órganos nuevos y con información
genética completamente distinta.
La teoría de la evolución se basa en el hecho de que los
animales van cambiando de una especie a otra a medida de que pasan los siglos,
milenios y millones de años. Los evolucionistas afirman que las mutaciones que
ocasionalmente se dan en los seres vivos, van generando pequeños cambios que a
lo largo del tiempo, sumados, hacen que una especie se transforme en otra
especie completamente distinta y nueva.
Sin embargo, los científicos han intentado reproducir esta
teoría falaz siempre con resultados negativos, exponiendo a algunas especies de
insectos a radiación para lograr mutaciones en su información genética. Lo
cierto es que despues de haber realizado estos experimentos siempre se
obtuvieron mutaciones degenerativas. Es decir, la información genética era
degenarada por la radiación y obtenían insectos con menos órganos o con órganos
fuera de lugar. Por ejemplo, se realizaron experimentos sobre la mosca de la
fruta y se obtuvieron moscas con patas en la cabeza o con patas en la espalda y
cosas semejantes.
Esto se debe a que la información genética fue puesta allí
por Dios. Como un ingeniero biomecánico diseña un proyecto e introduce la
información del proyecto en su obra de ingeniería, de la misma forma el ADN de
todos los seres vivos contiene la información puesta allí por Dios, que refleja
el diseño, pensado por Dios.
Otro claro ejemplo lo encontramos en la jirafa. Los
evolucionistas afirman que la jirafa era un tipo de camélido que debido a que
se desarrolló en zonas dónde las copas de los árboles eran altas, entonces con
el tiempo fueron desarrollando cuellos largos para alcanzar las copas, hasta
que por fin se convirtieron en una especia nueva y distinta, las jirafas. Sin
embargo, esta es una apreciación superficial porque cuando analizamos
detenidamente el diseño de la jirafa nos damos cuenta que no se trata de un
cuello largo simplemente sino de una maravilla de la ingeniería biológica
divina. El cerebro de la jirafa contiene una esponja. Esta esponja es vital
para que la jirafa pueda agacharse y beber agua. Cuando la jirafa baja su largo
cuello hacia el agua, un sistema de válvulas se pone en funcionamiento para
cortar el paso de la sangre hacia el cerebro, de lo contrario el cerebro se
dañaría por la presión de la sangre. Cuando la jirafa baja su cuello, la
esponja de su cerebro se llena de sangre. Una vez que la jirafa terminó de
beber el agua, levanta su cuello nuevamente, si el animal no tuviera esta
esponja para proveer rápidamente de sangre al cerebro, al ponerse de pie
nuevamente, sufriría mareos o desmayos.
Pero gracias a esta esponja no sufre ningún mareo lo que le permite escapar sin
ningún tipo de problema casi en forma inmediata en caso de haber algún
depredador cerca. Por lo tanto, vemos que el cuello de la jirafa no es
meramente un cuello largo, sino que se trata de un animal que posee un complejo
diseño, pensado y articulado detenidamente por Dios para hacer de la jirafa un
animal con cualidades distintivas y particulares.
En todos los animales podemos ver al Gran Diseñador. Es
imposible pensar que los animales con en toda su diversidad hayan surgido de la
nada, por el mero devenir de circunstancias azarosas, sin ningún tipo de control
o plan. Si tu vinieras por la calle y de repente encontraras una Ferrari en la
calle, nunca se te ocurriría pensar que ese motor es producto del azar, o que
esos colores y fino diseño se formaron por la combinación de un poco de viento
y electricidad sumados a los elementos de la tierra ¡De ninguna manera! En
verdad pensarías: Alguien diseñó este hermoso automóvil. Alguien planificó cada
uno de sus componentes conectados unos con otros, que en su totalidad hacen que
la Ferrari se convierta en una asombrosa maquina que alcanza grandes
velocidades. Lamentablemente, aunque una simple articulación del dedo humano
pone en ridículo a la más bella Ferrari, el corazón de los seres humanos se
niega a ver al Padre Divino en su creación. Un sola articulación compuesta por
células y tendones, músculos y huesos conectados al cerebro y sistema nervioso
es incomparablemente superior a cualquier máquina que le hombre pueda fabricar.
Tristemente el pecado oscureció el corazón de los hombres
para no ver la verdad. Te invito estimado lector a que veas a Dios en sus obras
y reconozcas nuestro gran Padre y Creador que te pensó desde la eternidad para
que vivas en este mundo asombroso y te ama profundamente.
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