No te apresures en tu espíritu a enojarte; porque
el enojo reposa en el seno de los necios. (Eclesiastés 7:9)
Cada día interactuamos con
otras personas, en este trato cotidiano constantemente surgen roses y
diferencias con los otros que, al igual que nosotros, tienen debilidades.
¿Cuántas veces te encontraste
con situaciones que te desbordaron? Tu vecino, al igual que tú, pasa por
situaciones difíciles que no sabe cómo resolverlas, problemas ante los cuales
no tiene respuestas.
Salomón nos llama a refrenar
nuestro espíritu antes de enojarnos. Contar hasta diez, respirar profundo y
contestar al maltrato con palabras temperadas es una virtud muy valiosa en este
mundo.
Mejor es el que tarda en airarse que el fuerte;
Y el que se enseñorea de su espíritu, que el que toma una ciudad. (Proverbios
16:32)
Algunas personas confunden el
concepto de carácter fuerte diciendo que una persona tiene mucha personalidad
cuando es temperamental y se impone a los demás. Esta es una idea errada. En
verdad podemos decir que una persona tiene carácter fuerte cuando domina su
espíritu, cuando controla sus emociones y mantiene la calma cuando las personas
alrededor la perdieron. Una persona que domina sus sentimientos ejerce una
influencia tranquilizadora sobre los demás, que verán contrastada sus propias
reacciones violentas con la paz del hombre o mujer templados.
La
templanza es una virtud realmente admirable y es una de las cualidades de Dios
Misericordioso y clemente es el Señor;
Lento para la ira, y grande en misericordia.(Salmos 103:8)
Quienes
quieran ser perdonados deberán perdonar. Quienes quieran recibir un buen trato
deberán darlo. Quienes quieran sentir la misericordia de Dios en sus vidas
cuando cayeron, deberán ser misericordiosos con los demás cuando caigan y se
equivoquen.
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