De
modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron;
he aquí todas son hechas nuevas. (2 de Corintios 5:17)
¿Alguna vez tuviste el deseo de empezar de nuevo?
¿Soñaste con borrar todos tus errores? ¿Existe alguna equivocación que
quisieras nunca haber cometido o alguna palabra que quisieras nunca haber
hablado? ¿Qué darías por comenzar una hoja en blanco?
Quizás te encuentras encasillado en un lugar donde
no quieres estar. La gente te conoce de una forma determinada y cuando quieres
cambiar se burlan. Muchas personas le temen al cambio ya sean buenos o malos,
no importa, sólo quieren que las cosas permanezcan como estan. Pero la Biblia
nos dice que podemos cambiar, que podemos empezar de nuevo y vivir una vida
restaurada.
No es necesario encasillarte, porque nunca es tarde
para hacer lo correcto, nunca es tarde para cambiar las pequeñas actitudes de
cada día. Nuestras actitudes forman nuestros hábitos y nuestros hábitos forman
el carácter. En definitiva es tu vida, nadie más puede saber cómo administrarla
mejor.
Jesucristo murió para que sus hijos tuvieran una
segunda oportunidad, Jesús fue crucificado para que no te aferres a un pasado
manchado por el pecado. Él derramó su sangre para limpiar todas tus faltas y
puede purificar tu mente y espíritu y dejarlos blancos como la nieve.
Dios es el gran restaurador. Si se rompiera el motor
de tu auto, lo mejor sería llevarlo al fabricante para que arregle la pieza
rota. En primer lugar, sabrá encontrar la avería, en segundo conoce las partes
de tu auto y tercero tiene las herramientas para arreglarlo. De la misma forma
Dios es nuestro Creador, el conoce exactamente cuál es el problema de tu vida y
tiene la forma de arreglarlo. Cuando Dios arregla tu vida puedes sentir que
eres una nueva criatura, el pasado queda atrás y no solamente el pasado queda
atrás sino también la vergüenza del pasado queda clavada en la cruz de Cristo.
El Hijo de Dios sufrió una muerte terrible, luego de torturas humillantes, y
sintió vergüenza porque llevó la vergüenza de nuestros pecados.
En respuesta a ese amor tan grande, al mirar la cruz
de Cristo nuestros corazones deberían conmoverse y buscar obedecer al Señor que dejó todo para
que nuestras vidas arruinadas sean arregladas. Muchas personas no sienten la
necesidad de empezar de nuevo. El Diablo engañó a los tales, les hizo creer que
son demasiado buenos y hermosos para querer empezar de nuevo o que están llenos
de cualidades extraordinarias como para encontrar algo obscuro en sus
corazones. Aquí reside el peligro de la belleza exterior y de otros engaños
como el dinero o la fama. Muchas personas bellas encuentran aceptación en el
mundo sólo por su belleza, lo cual les impide hacer una análisis de sus
defectos interiores, confesarlos y cambiarlos. Aunque todo ser humano es una
preciosa criatura de Dios, lo cierto es que somos una raza manchada por el
pecado; en el corazón de todo hombre se pueden encontrar zonas corruptas que
necesitan ser restauradas. No importa lo bello de tu apariencia exterior, ni
tampoco la cantidad de dinero que tengas en el bolsillo, lo cierto es que necesitas
limpiar tu interior y renovarte.
Jesús decía que lo peor de este mundo iba a la
delantera en el reino de los cielos. Para las rameras y lo pecadores la
presencia de Jesús era un bálsamo vivificante, ellos habían experimentado el
rechazo del mundo y habían visto su propia naturaleza depravada. Esto hacía que
los pecadores fueran terreno fértil para el evangelio de restauración de
Cristo. Ellos sentían la sed de Jesús, ellos querían dejar pasar al Maestro a
sus casas y a sus vidas para empezar de nuevo. Cristo les ofrecía una hoja en
blanco, porque la sangre de Jesús puede limpiar lo más oscuro de cualquier
pecado.
Sin embargo, no es necesario que pruebes el pecado
para entender que necesitas de Jesús, pero sí
es imprescindible que dejes entrar a la Luz del mundo a tu vida. Dios
iluminará todo punto obscuro y entenderás cuales son las cosas que debes dejar
atrás para convertirte en una criatura nueva. Entonces podrás gozar de una vida
limpia y renovada, llena de gozo en compañía del Espíritu de Dios. Serás una
nueva criatura.
Maximiliano Juarez
www.meditacion7.blogspot.com
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