jueves, 7 de marzo de 2013

el Verbo Creador


En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.
Este era en el principio con Dios.
Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.(Juan 1:1-3)

En el principio era el Verbo, la Palabra de Dios, el pensamiento de Dios audible. El Verbo era con Dios y el Verbo era Dios. El Verbo era una persona que habitaba con Dios, era la manifestación del pensamiento de Dios y aunque era una persona separada y distinta de Dios, en realidad era Dios mismo.
 A través de la Palabra fueron creadas todas las cosas. El Verbo es la Persona Divina que conecta lo invisible de Dios con lo visible, es un conducto por el cual se canaliza todo el amor de Dios para crear el universo. El Verbo es un punto de conexión entre lo infinito, lo eterno de Dios y lo finito y comprensible de toda su creación.
 Todas las cosas por él fueron hechas y sin El nada de lo que ha sido hecho fue hecho.
 Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad. (Juan 1:14)
 El Verbo se hizo carne a través de la virgen María. El Verbo se materializó en un hombre de carne y hueso venido en semejanza del resto de los seres humanos. Dios envió a su hijo en semejanza de carne de pecado (Romanos 8:3).  El Verbo Dios llevó sobre sí todas las flaquezas de una raza caída, sin embargo Jesús fue santo desde su nacimiento. No existía en Jesús ninguna propensión hacia el mal. El Salvador amaba hacer lo bueno por naturaleza, al igual que el primer Adán, Jesús  vino al mundo impoluto, sin la mancha del pecado para llegar a ser el segundo Adán. A diferencia del resto de los hombres no existía en Jesús ninguna atracción por lo malo. Jesús por naturaleza cumplía con la ley del amor abnegado que rige el universo.
 Jesús estaba lleno de gracia y de verdad. Jesús vino a manifestar la gracia de Dios, su perdón y amor por el pecador. Antes de que llegara al mundo la raza humana estaba sumida en el pecado. Las tinieblas y el error reinaba por doquier, como un barco sin capitán los hombres eran náufragos en el mar de la historia. Jesús vino lleno de verdad, vino a este mundo para oponerse al padre de la mentira Lucifer quien con sus engaños había llevado a nuestros antepasados a la transgresión y por sus mentiras había comenzado  a expandirse el error y la confusión en el universo. Jesús vino a poner freno a toda la maldad. Lleno de verdad declaró los misterios ocultos por siglos, para que la verdad se convirtiera en un faro que atrajera a las almas hacia la salvación.
El es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación.
 Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él. (Colos 1:15,16)
Jesús la Palabra de Dios hecha carne es la imagen del Dios invisible.  Antes de tomar forma humana, Jesús había sido el primogénito de la creación. Cristo es el principio generador de todas las cosas, tanto de las celestiales como de las terrenales. Cada criatura fue creada por Jesús en el principio, cada átomo y las órbitas de sus partículas están regidas por la palabra del Verbo Dios. Todas las cosas por El fueron hechas y sin El nada de lo que ha sido hecho fue hecho. Misteriosamente el Creador de todo el universo vino a este mundo tomando forma humana. Un misterio inigualable por el cual toda la potencia del Dios invisible estaba concentrada en un punto en el universo y se hacía visible en un ser humano aparentemente igual al resto de su congéneres.

 Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo (Hebreos 2:14)

 Jesús participó de carne y de sangre para llegar a ser semejante a sus hermanos en todo. Nunca la raza humana estuvo más cerca de Dios que cuando el carpintero divino habitó entre los hombres. Despojándose de su gloria y majestad celestiales vino a este mundo enfermo. El Verbo estando en el cielo gozaba de la alabanza y adoración de todas las criaturas celestiales. Sin embargo, eligió el camino del sacrificio y el perdón, dejó atrás la incomparable dicha del cielo desvistiéndose de su majestad y gloria para venir al planeta tierra y convertirse en un hombre. Vino el Rey del universo a nacer en un humilde pesebre para ser hijo de dos personas humildes y pobres como fueron José el carpintero y María. En esto Jesús no s enseña la ley del amor desinteresado que busca primeramente el bien de los demás antes que su propio bien. Esta ley rige el universo, nada fuera del egoísta corazón humano vive para sí mismo. Cada parte del universo tiene una utilidad y función para complementar, sustentar a sostener a otro elemento de la creación. El agua de las lluvias alimenta a cada planta y árbol que a su vez sustentan con sus frutos a todas las criaturas. Las abejas obtienen el polen de las flores para fabricar miel pero con su trabajo polinizan cada planta y permiten así su desarrollo y procreación.
 Se puede ver en la creación un entramado de relaciones que hablan de interdependencia. Cada ser del universo toma de los demás, pero toma para dar. En esto se manifiesta el carácter de Dios que dejó su marca indeleble en la obra de sus manos.

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