lunes, 29 de octubre de 2012

CREER EN JESUCRISTO


Y sacándolos, les dijo: Señores, ¿qué debo hacer para ser salvo?
Ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa. (Hechos 16:30,31)
Pablo y Silas estaban en la cárcel y luego de que ocurriera un milagro asombroso el carcelero tuvo la necesidad de saber que debía hacer para alcanzar la salvación. El carcelero sabía que algún día sería juzgado por Dios y se decidiría su destino. En Biblia se encuentra una afirmación categórica repetida en numerosos pasajes: todos compareceremos ante el tribunal de Cristo, absolutamente todos los seres humanos rendirán cuenta en el día del juicio de lo que hicieron mientras estaban vivos.
En este juicio, por el que pasaremos todos, sólo podrán dictarse dos pronunciamientos, uno o el otro: La salvación eterna, en caso de haber sido aceptados por el tribunal; o la condenación perpetua, en caso de no llegar a reunir los méritos suficientes para alcanzar la salvación.
Todos los seres humanos son pecadores, sobre todos pesa una condenación ineludible. Cada ser humano lleva sobre sí la condena de muerte a causa de sus pecados. Tratar de lavarlos es imposible, pues el pecado constituye una mancha tan profunda que no puede ser limpiada con nada en este mundo.
Incluso en la tierra, conforme a las leyes humanas, hay ciertas acciones que acarrean consecuencias inevitables, son acciones que sólo pueden llevar una sola condena posible. Por ejemplo, quien haya cometido un asesinato intencional en la tierra no puede librarse de prisión pagando ni siquiera la suma más elevada, sólo cumplir con el encarcelamiento puede satisfacer la necesidad de justicia. De la misma forma sólo la muerte del pecador puede satisfacer la necesidad de justicia que acarrea el pecado.
La condenación del infierno no consiste en una tortura interminable que durará por los siglos. Esto haría de Dios un juez inexorable que paga con ilimitada dureza un pecado que se cometió en una vida finita, con consecuencias finitas. No, de ninguna forma esto puede ser así. En realidad, la condenación que pesa sobre los seres humanos es de naturaleza limitada. El castigo de los perdidos consistirá en la muerte eterna. Ellos perderán su vida para siempre y entrarán en un estado de inconciencia perpetua, nunca más volverán a sentir nada, ni experimentarán dolor o placer, ni dicha ni tristeza. Los condenados no serán torturados por toda la eternidad sin fin. Sin embargo, luego de haber sido castigados conforme a sus acciones, perderán su vida, dejarán de ser, satisfaciendo de esta forma, la necesidad universal de justicia. Esta condenación será llevada por quienes no hayan aprendido el valor de la vida, por quienes no tengan un carácter idóneo, apto para la vida pacífica, armoniosa y en comunión con el resto de los seres vivos, ellos nunca serían felices en el reino de los cielos.
Viendo el juicio venidero el carcelero de Pablo le preguntó acerca de lo que tenía que hacer para ganar la vida eterna. Pablo contesto con lo imprescindible: Creer en el nombre de Jesús.
Creer en Jesús significa creer en el Hijo de Dios. En el sustituto de nuestros pecados ¿Cómo puede ser que el solo hecho de creer libere al homicida, al ladrón o al adultero de su condena? Aunque parezca increíble la fe en Jesús salva al creyente porque la condena que pesaba sobre el pecador es llevada por aquel que nunca pecó. De esta forma la pureza y justicia de Jesucristo son otorgadas al creyente y sus pecados son depositados en forma misteriosa en la cruz del calvario.
Al creer aceptamos el sacrificio del Mesías. Esta profesión de fe en el Hijo de Dios implica que el pecador acepta su condición deplorable y por ende que es merecedor de la pena de muerte. Acepta que el pecado es un elemento destructivo en su vida y la vida del resto de los humanos. Al aceptar al pecado como elemento destructivo de la humanidad, al mismo tiempo acepta la justicia de Dios y sus mandamientos como necesarios para lograr la armoniosa convivencia de los seres vivos. De esta forma se aceptamos que la ley de Dios es justa y buena y nosotros andábamos por caminos errados cuando vivíamos en nuestros pecados.
La cruz de Cristo es central en la historia de la humanidad. Sin duda alguna, por más que en el mundo existan millones de personas no cristianas, es indiscutible que la vida, muerte y resurrección de Cristo marcan un punto de inflexión en donde todo el curso de la historia de los hombres cambió radicalmente.
La fe en el Hijo de Dios comunica salvación no solamente al creyente sino también a todos los miembros de su familia. El creyente se convierte en un punto de conexión con la sangre redentora por la cual todos pueden llegarse al trono de la gracia para alcanzar salvación. Dios te llama a creer. La fe es un don de Dios, que puede pedirse con humildad, entonces como el grano de mostaza, la fe llegará a convertirse en un gran árbol en la vida del creyente, en el árbol de la vida eterna.






viernes, 26 de octubre de 2012

LA LAMPARA DEL CUERPO

La lámpara del cuerpo es el ojo; así que, si tu ojo es bueno, todo tu cuerpo estará lleno de luz; pero si tu ojo es maligno, todo tu cuerpo estará en tinieblas. Así que, si la luz que en ti hay es tinieblas, ¿cuántas no serán las mismas tinieblas? (Mateo 6:22,23)
Nuestro cuerpo se nutre de los alimentos que ingresan por nuestra boca. Nuestro espíritu se alimenta principalmente de las enseñanzas que entran por nuestros oídos. Así también, nuestra mente se alimenta de la información que entra por nuestros ojos.
Jesús nos enseña que los ojos son la lámpara del cuerpo, porque constituyen una de las principales avenidas del alma. Así como una computadora puede operar con diferentes funciones de acuerdo con los programas que le se le carguen, de la misma forma nuestra mente tiene un funcionamiento determinable por la información que entra por nuestros sentidos.
En la actualidad, las personas se niegan a emitir juicios de valor sobre las cosas que se transmiten por los medios masivos de comunicación. Algunos que levantan la bandera de la libertad de expresión, terminan cayendo en libertinaje de expresión. Toda libertad bien entendida requiere límites, así mismo, un límite requiere de un juicio de valor previo para saber dónde colocarlo. Lamentablemente sucede que las personas creen que las sociedades civilizadas deben ser amorales. Creen que una sociedad es más progresista si abarca la mayor cantidad de pensamientos e ideologías posibles. Los sistemas de legislación pretenden evitar todo juicio de valor en cuanto lo bueno y lo malo de la programación televisiva, radial, de diarios y revistas.
 Los televidentes se convierten así en una especie de ente pasivo, sin voz ni voto, que no puede hacer un análisis crítico de lo que se consume por la televisión. Sexualidad superficial y sin compromiso, programación vacía de contenido ético y cultural, superficialidad en las relaciones interpersonales son las características principales de todos los programas que se transmiten diariamente por la televisión.
Es por medio de la contemplación que el ser humano llega a identificarse con algo o alguien. Mediante el análisis y conocimiento del objeto viene la proyección y la imitación. La proyección entendida como identificación con algo o alguien viene como consecuencia de un estudio que la mente realiza del objeto contemplado. Hay personas que se identifican con sus padres porque han sido su objeto de contemplación desde los años más tiernos de la infancia; otros tienen objetos de proyección menos nobles como un equipo de futbol, hay quienes se identifican con algún artista y tratan de imitarlo en su forma de hablar, de vestir o de cantar.
 Pero ¿Qué sucede cuando las personas contemplan bajeza y oscuridad? Hoy en día existe una gran variedad  de películas, música y literatura para programar nuestra mente. Me aterra pensar en los niños y adolescentes que se crían delante de los televisores consumiendo no sólo superficialidad, sino mansajes terribles cargados de violaciones, de homicidios, de robos y todo tipo de bajezas ¿Cuántos son los asesinos, ladrones, estafadores y violadores que son educados por la televisión? Pequeños niños que desde sus más tiernos años consumieron programas y películas en los cuales se les enseñaba la forma de perpetrar delitos, incluso las tretas más impensadas para escapar del brazo de la justicia. No es asombroso entonces que surjan personajes como aquél que cometió una masacre tratando de imitar al villano de Batman. Un hombre desequilibrado, producto de una sociedad enferma que inunda los medios de comunicación con basura.
Es necesario educar a nuestros jóvenes de manera tal que puedan controlar sus propensiones animales. Es de vital urgencia la necesidad de comunicar valores a nuestros niños y jóvenes, transmitir principios elevados que permitan a las discernir entre lo bueno y lo malo. Si el ojo es bueno todo el cuerpo estará lleno de luz, enseña el Maestro. Mediante la contemplación de cosas nobles, esperanzadoras y constructivas el hombre puede superarse y edificar un carácter fuerte ¡Contemplemos la cruz de Cristo! De manera tal que el carácter abnegado del Gran Maestro quede impreso en nuestra alma,  contemplemos su sacrificio y su amor por aquellos que estaban perdidos. Al mirar la cruz de Cristo, juntamente con él podremos crucificar el yo, y así vivir vidas más plenas que sean de útiles y productivas.
Pero si nuestro ojo está en tinieblas, las tendencias malas innatas del hombre se acentuarán. El hombre tiene por naturaleza propensión al pecado, si a esto le agregamos una mala alimentación mental, el estado del hombre se empeora y se vuelve un esclavo de sus propias concupiscencias ¡No alimentemos el mal de nuestros corazones! Antes busquemos la paz, la justicia y el amor, para que por medio de la contemplación de estos, algún día lleguemos a ver cara a cara a Jesús.



martes, 23 de octubre de 2012

FALSO TESTIMONIO


No hablarás contra tu prójimo falso testimonio. (Éxodo 20:16)
El noveno mandamiento prohíbe hablar palabras mentirosas que dañen o perjudiquen a nuestros semejantes. En el siglo XXI este es uno de los mandamientos más pisoteados, en mundo postmoderno los paparazis descuartizan el honor de los famosos como si un día no fueran a dar cuenta de ello. Han proliferado todo tipo de programas de chimentos en los cuales se profieren las calumnias más descaradas, sin importar el bienestar o la integridad de la persona a la cual sin misericordia destruyen con sus mentiras. Con el sólo fin de tener la última noticia se transmiten los chismes más bajos y lamentablemente casi nadie se espanta de ello.
Cuando era niño recuerdo que sólo había uno sólo de estos degradantes programas “Indiscreciones” y mi abuela se enojaba mucho cuando me encontraba viéndolo en la televisión y me decía: “Maxi es muy feo cuando el varón es chismoso”. Hoy creo que es una cosa muy fea el que una persona hable de los demás, sea hombre o mujer y más aún cuando trabaja calumniando a los demás.
El honor y buen nombre de una persona constituyen bienes muy preciados para cualquiera. Ninguno quisiera estar en la boca de los demás o que se hablen de sus defectos, equivocaciones y errores. Este tipo de programas y revistas corroen la sociedad, aunque parecieran ser inocuos, causan grave daño no sólo a las personas que constituyen el blanco predilecto de los periodistas calumniadores, sino también a los consumidores, televidentes o lectores de revistas y programas de chimentos.
El hombre moderno pasa horas detrás del televisor, perdiendo el tiempo, mirando cómo se destruye el honor ajeno; viendo por la televisión como estos pseudo periodistas hacen un análisis de las vidas y defectos ajenos, haciendo alarde de profesionalismo, cuando de profesionales tienen muy poco. Este tipo de programas son una especie de droga que arranca a sus consumidores de la realidad para transportarlos a la sala de estar de los hogares de los famosos, como si fuera que por ver a través de la pantalla la intimidad de estas personas, de alguna forma esto les permitiera codearse con ellos y escapar de sus vidas diarias.
¿Cuántas cosas se pudieran hacer en las 7 horas semanales que se pierden con sólo ver una hora de estos degradantes programas por día? En 7 horas se pueden leer libros enteros, en 7 horas se pueden resolver muchos problemas postergados, en siete horas se pueden crear y recrear muchas cosas y relaciones.
El noveno mandamiento protege la integridad y el honor de nuestros semejantes. Pero también protege a la sociedad, que con el avance de este tipo de emisiones se ve cada vez más enferma y perjudicada. Hasta incluso los famosos pareciera ser que pierden muchas veces el respeto por sus propias esferas de intimidad y se sumergen en todo tipo de conflicto del cual rara vez salen ilesos.
En el antiguo Israel, cuando a un juez o sacerdote le traían algún asunto respecto de alguna persona, este debía indagar bien sobre el asunto, escuchando tanto al acusador cómo al acusado. No se permitían las calumnias livianas y Dios mandaba a que se investigara bien para que no se perjudicara a nadie por un juicio liviano e infundado
 Pocas personas rechazan un chisme cuando toca las puertas de su corazón simplemente porque se está hablando de otro y no de ellos mismos. Sucede que muchas veces escuchar acerca de los problemas y fracasos ajenos pareciera hacer menos dolorosos y difíciles nuestros propios problemas y fracasos. Pero lamentablemente ver los errores ajenos hace que no afrontemos nuestros propios pecados para resolverlos.
 El salmista escribió;
Escóndeme del consejo secreto de los malignos,
De la conspiración de los que hacen iniquidad,
Que afilan como espada su lengua;
Lanzan cual saeta suya, palabra amarga,
Para asaetear a escondidas al íntegro;
De repente lo asaetean, y no temen. (Salmos 64:3-4)

Ciertas personas afilan sus lenguas como espadas para dañar a su prójimo. Es decir, investigan acerca del error ajeno sólo para destruir a su presa, premeditan la iniquidad en contra del íntegro y en su corazón maquinan cómo mancharán el buen nombre ajeno.
Hoy en día el público no solamente está ávido por escuchar cómo se destrozan vidas ajenas en los programas de televisión y radio, sino además, si va acompañado con fotografías e imágenes mejor. Estos periodistas se alimentan de la vida de los famosos como si fueran una especie de parásito que vive de lo ajeno.
Todo periodista debiera tener como objetivo principal informar y edificar a la sociedad, pero estos falsos comunicadores, sólo desinforman y distraen a las masas de la misma forma en que el coliseo romano ponía en escena las más horribles matanzas de cristianos que eran arrojados a las fieras y el populacho se deleitaban viendo las masacres, de la misma forma estos comerciantes del dolor ajeno montan todo en espectáculo atroz a costa de la integridad de sus semejantes.
Sin duda alguna, Dios considera el honor como un bien muy preciado de sus hijos, tan importante como para incorporarlo entre los diez mandamientos que rigen la vida de los seres humanos. Pasar por alto y menospreciar este importante precepto, es un error muy común que contribuye a la decadencia moral y a la falta de amor, como lo gangrena todo pecado social se expande con rapidez hasta producir la muerte del cuerpo.

lunes, 22 de octubre de 2012

LA FE


Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.(Hebreos 11:6)
El conocimiento científico ha hecho una explosión impresionante en los dos últimos siglos. Junto con el surgimiento del Estado moderno, se produjo el entronzamiento de la razón como medida de todas las cosas. El hombre de nuestros días pretende dar explicaciones racionales y científicas a todo el mundo que lo rodea. Pero aunque las ciencias se hayan desarrollado en formas asombrosas, aún quedan insondables caminos por recorrer, pareciera ser que nunca el hombre podrá develar todos los misterios del universo. Cada respuesta que la ciencia da, arroja diez nuevas preguntas.
Un ejemplo de la maravillosa e inescrutable creación de Dios es el cuerpo humano. Aunque la medicina a empezado a decodificar el genoma humano, siguen surgiendo preguntas y más preguntas que no tienen respuestas. El problema está en que toda la creación incluyendo al cuerpo humano, provienen de las manos de Aquel que habita en la eternidad cuya sabiduría es inigualable y la profundidad de su sapiencia imposible de alcanzar.
Ante la vastedad del conocimiento y la imposibilidad de abarcarlo y entenderlo todo, Dios nos pide que tengamos fe. Así como los niños se toman de la mano de su padre porque confían, aunque no conocen el camino, confían en su progenitores. Así es que, sólo el Eterno conoce todos los misterios de la ciencia y el conocimiento y sólo El tiene todas las respuestas. Para los seres humanos, siempre habrá cosas nuevas por conocer e investigar y nunca podrán soltar la mano de su Creador para avanzar en el camino de la vida.
Cualquier rama del conocimiento científico debe aferrarse a dogmas para poder avanzar en sus investigaciones. Un dogma es una presuposición no demostrable, es un juicio humano. Se tratan de presupuestos que no pueden conocerse por la observación. Muchos de los presupuestos de la ciencia tienen incluso un tinte casi religioso. El origen de la vida es un misterio, al cual los científicos para poder explicarlo, deben acudir a presuposiciones que más tienen que ver con la fe que con la ciencia. Decir por ejemplo, como pretenden los evolucionistas, que la vida se formó de la nada es una declaración de fe no científica, porque en el mundo de los fenómenos observables la vida jamás surge de la nada. Todos los seres vivos están compuestos de aminoácidos, estos nunca se forman de la nada. A su vez, los aminoácidos se encadenan para formar proteínas que tampoco se enlazan solas. Y por último, que debiéramos decir de la célula, la unidad de vida más pequeña ¿Alguien vio alguna vez una sola y diminuta célula surgir de la tierra, de la nada? No, nadie jamás vio una sola célula surgir de la nada. En conclusión, aún la ciencia debe aceptar presupuestos que no pueden ser observados y estudiados en el mundo de los fenómenos visibles.
Por todo lo antes dicho, creer en Dios y en las enseñanzas de su Palabra termina siendo una cuestión de elección y no una cuestión de conocimiento o de sabiduría. Es una elección que puede hacer el mas pobre e indocto de los hombres, como el más instruido  y encumbrado también. Grandes científicos a lo largo de la historia eligieron creer, Isaac Newton y Albert Einstein por sólo nombrar algunos. El conocimiento científico jamás ha sido un obstáculo para la fe. Al contrario, cuando el conocimiento científico está encauzado por la fe, termina por siendo más revelador que despojado de esta.
Antes de realizar un milagro o una sanación Jesús preguntaba "¿Crees?" No importaba que fuera rico o pobre, instruido o no, sólo tenía que creer, porque la fe constituye siempre una elección. Algunas personas pretenden dar respuestas científicas, y demostrables a los milagros de la Biblia. Algunos quieren explicar la apertura del Mar Rojo con un maremoto; otros quieren explicar la multiplicación de los panes y los peces con una mera redistribución del alimento. Pero es imposible tratar de dar explicaciones demostrables científicamente a cada uno de los milagros descriptos en la Biblia ¿Cómo explicar los leprosos sanados, o los ciegos que volvían a ver, o los mudos que volvían a hablar, los sordos que escuchaban de nuevo?¿Cómo explicar las resurrecciones de los muertos o la ascensión de Jesús al reino de los cielos?
En conclusión existen cosas que sólo pueden aceptarse por fe y cómo antes dije, la fe no tiene que ver con la necedad o la falta de conocimiento o instrucción, ya que muchas personas muy inteligentes e instruidas elijen cada día creer en Dios y en los milagros de la Biblia. Reconocidos universitarios y científicos en toda la redondez de la tierra eligen creer. Simplemente tienen fe.
Aquellos que alcancen la vida eterna podrán maravillarse por los siglos de los siglos, en toda arte y ciencia podrán indagar conociendo año tras año un poco más la asombrosa mente del Señor y toda la obra que salió de sus manos. Conoceremos y aprenderemos como niños directamente del Gran Arquitecto y Creador de todas las cosas.
Todo el que se acerca a Dios, debe hacerlo con la fe de los niños creyendo en su Palabra, por más que el mundo trate de demostrar lo contrario, sólo por medio de la fe se puede acceder a la verdadera sabiduría y las puertas del reino de los cielos quedan abiertas para entrar en la presencia del Gran Maestro. La fe es la llave que abre la puerta de los misterios del universo, sin ella es imposible agradar a Dios. Llegará el día en el cual Dios recompensará abundantemente a quienes hayan ejercido la fe de los niños y hayan esperado pacientemente sin vacilar el galardón prometido.



miércoles, 17 de octubre de 2012

Una hoja en blanco

De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. (2 de Corintios 5:17)

¿Alguna vez tuviste el deseo de empezar de nuevo? ¿Soñaste con borrar todos tus errores? ¿Existe alguna equivocación que quisieras nunca haber cometido o alguna palabra que quisieras nunca haber hablado? ¿Qué darías por comenzar una hoja en blanco?
Quizás te encuentras encasillado en un lugar donde no quieres estar. La gente te conoce de una forma determinada y cuando quieres cambiar se burlan. Muchas personas le temen al cambio ya sean buenos o malos, no importa, sólo quieren que las cosas permanezcan como estan. Pero la Biblia nos dice que podemos cambiar, que podemos empezar de nuevo y vivir una vida restaurada.
No es necesario encasillarte, porque nunca es tarde para hacer lo correcto, nunca es tarde para cambiar las pequeñas actitudes de cada día. Nuestras actitudes forman nuestros hábitos y nuestros hábitos forman el carácter. En definitiva es tu vida, nadie más puede saber cómo administrarla mejor.
Jesucristo murió para que sus hijos tuvieran una segunda oportunidad, Jesús fue crucificado para que no te aferres a un pasado manchado por el pecado. Él derramó su sangre para limpiar todas tus faltas y puede purificar tu mente y espíritu y dejarlos blancos como la nieve.
Dios es el gran restaurador. Si se rompiera el motor de tu auto, lo mejor sería llevarlo al fabricante para que arregle la pieza rota. En primer lugar, sabrá encontrar la avería, en segundo conoce las partes de tu auto y tercero tiene las herramientas para arreglarlo. De la misma forma Dios es nuestro Creador, el conoce exactamente cuál es el problema de tu vida y tiene la forma de arreglarlo. Cuando Dios arregla tu vida puedes sentir que eres una nueva criatura, el pasado queda atrás y no solamente el pasado queda atrás sino también la vergüenza del pasado queda clavada en la cruz de Cristo. El Hijo de Dios sufrió una muerte terrible, luego de torturas humillantes, y sintió vergüenza porque llevó la vergüenza de nuestros pecados.
En respuesta a ese amor tan grande, al mirar la cruz de Cristo nuestros corazones deberían conmoverse y  buscar obedecer al Señor que dejó todo para que nuestras vidas arruinadas sean arregladas. Muchas personas no sienten la necesidad de empezar de nuevo. El Diablo engañó a los tales, les hizo creer que son demasiado buenos y hermosos para querer empezar de nuevo o que están llenos de cualidades extraordinarias como para encontrar algo obscuro en sus corazones. Aquí reside el peligro de la belleza exterior y de otros engaños como el dinero o la fama. Muchas personas bellas encuentran aceptación en el mundo sólo por su belleza, lo cual les impide hacer una análisis de sus defectos interiores, confesarlos y cambiarlos. Aunque todo ser humano es una preciosa criatura de Dios, lo cierto es que somos una raza manchada por el pecado; en el corazón de todo hombre se pueden encontrar zonas corruptas que necesitan ser restauradas. No importa lo bello de tu apariencia exterior, ni tampoco la cantidad de dinero que tengas en el bolsillo, lo cierto es que necesitas limpiar tu interior y renovarte.
Jesús decía que lo peor de este mundo iba a la delantera en el reino de los cielos. Para las rameras y lo pecadores la presencia de Jesús era un bálsamo vivificante, ellos habían experimentado el rechazo del mundo y habían visto su propia naturaleza depravada. Esto hacía que los pecadores fueran terreno fértil para el evangelio de restauración de Cristo. Ellos sentían la sed de Jesús, ellos querían dejar pasar al Maestro a sus casas y a sus vidas para empezar de nuevo. Cristo les ofrecía una hoja en blanco, porque la sangre de Jesús puede limpiar lo más oscuro de cualquier pecado.
Sin embargo, no es necesario que pruebes el pecado para entender que necesitas de Jesús, pero sí  es imprescindible que dejes entrar a la Luz del mundo a tu vida. Dios iluminará todo punto obscuro y entenderás cuales son las cosas que debes dejar atrás para convertirte en una criatura nueva. Entonces podrás gozar de una vida limpia y renovada, llena de gozo en compañía del Espíritu de Dios. Serás una nueva criatura.
Maximiliano Juarez
www.meditacion7.blogspot.com

martes, 16 de octubre de 2012

LA PESCA MILAGROSA


Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar.
Respondiendo Simón, le dijo: Maestro, toda la noche hemos estado trabajando, y nada hemos pescado; mas en tu palabra echaré la red. Y habiéndolo hecho, encerraron gran cantidad de peces, y su red se rompía. (Lucas 5:4, 5, 6)

Toda la noche Pedro y los apóstoles habían tratado de sacar peces del agua. Y aunque habían estado trabajando duramente, todos sus esfuerzos habían sido infructuosos. En la vida muchas veces vemos que nuestros esfuerzos no producen la cantidad de fruto que debieran y la dura batalla diaria no arroja los resultados esperados.
Día tras día salimos a la calle para buscar el pan y lo necesario para el cuerpo y pareciera ser que nunca es suficiente, pareciera ser que siempre falta algo por hacer. Pasan los años, el tiempo transcurre y cada año el trabajo no disminuye.
Pedro había intentado pescar durante la noche, pero había fracasado. En la orilla encontró a Jesús y decidió obedecer a la Palabra de Cristo, que le había ordenado que entrara nuevamente al mar para echar las redes. La primera reacción de Pedro fue de escepticismo, su corazón todavía estaba desanimado por el rotundo fracaso que habían tenido. Después de todo, la barca seguía siendo la misma, el mar seguía siendo el mismo y los pescadores también eran los mismos.
Muchas veces la gente se acostumbra al fracaso, y creen que nunca vencerán, creen que el fracaso es una carga que nunca podrán dejar atrás. De esta forma, el constante fracaso lleva a la depresión y abatimiento de corazón. Cuando nos acostumbramos a la derrota, esto impide que podamos ver la victoria final y entonces empezamos a vivir una vida de permanente desánimo y tristeza.
Existe mucha sabiduría en el siguiente adagio: “si quieres resultados diferentes, no sigas haciendo lo mismo”. Muchas veces caemos en la derrota permanente porque no buscamos soluciones nuevas, distintas, nos encerramos en nuestra forma de ser y no innovamos. Pareciera que solo existe una oportunidad de lograr el éxito, pero para nuestra desgracia esa oportunidad pasó hace años. Esto es un engaño, pues cada día se renueva la misericordia de Dios y la mañana trae consigo nuevas oportunidades de arrojar las redes al mar en el nombre de Jesús.
No es necesario esperar la oportunidad de tu vida, puedes hacerla, puedes buscarla. Jesús dice “el que busca encuentra, al que toca se le abre”. Junto con el sol del amanecer se renuevan las oportunidades de vencer, cada día podemos comenzar de nuevo la batalla para alcanzar la victoria; cada mañana podemos intentar resolver ese problema que parece imposible de resolver.
Pedro decidió hacer lo mejor, al obedecer la voz de Jesús. Todo hombre derrotado puede acudir a Aquel que no pierde batalla. Cuando nuestras manos desgarradas por tanto sacar redes vacías podemos acudir al Maestro. El Creador del universo conoce el mar, sabe donde están los peces y sabe cuál es la solución exacta para tus problemas.
Al echar las redes al mar en el nombre de Jesús estas saldrán henchidas de peces. En el poder de Dios, actuando juntamente con el factor humano, se encuentra la solución para todos los problemas. Dios nunca fue derrotado, ni puede ser derrotado, cuando no alcanzamos la victoria es porque no acudimos al Todopoderoso. Cuando no encontramos la respuesta adecuada es porque no preguntamos al Omnisapiente.
Dios quiere que tus redes estén llenas de peces, para que puedas alimentar a todos los que te rodean y así la gente pueda ver el poder de Jesús obrando a través de tu trabajo. Escucha al Maestro y no pierdas la fe aunque tus derrotas hayan sido muchas, todavía tienes por delante la gran pesca milagrosa.

jueves, 11 de octubre de 2012

tus talentos


Su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor (Mat 25:23)
Dios se compara a sí mismo con un Señor que yéndose de viaje dejó a sus siervos talentos, para que estos, durante su partida, los hicieran producir.
Un talento equivalía a unos 59 kgs de plata. Era una gran cantidad de dinero que cada uno de los siervos debía administrar y hacerla fructificar. En la parábola a uno se le entrega 5 talentos, a otro 2 y al tercero  sólo un talento.
Aquel que tenía 5 talentos representa a aquellas personas que tienen dones espirituales y materiales en mayor cantidad que el resto. Dios les ha confiado más de dones porque entiende que son buenos administradores y pueden hacerlos producir.
Los dones confiados por Dios son de la más variada índole, pueden ser dones espirituales como la misericordia o la humildad, o el don de convencer y hablar o el don de escuchar y consolar. Pero también existen otros dones muy importantes que tienen que ver con nuestra vida cotidiana. Por ejemplo la influencia que tenemos sobre el resto es un don. El poder de influenciar al resto para bien o para mal es un talento conferido por Dios que debiera menospreciarse. Un carácter lleno de esperanza y de optimismo puede transmitir a los demás ganas de vivir y de salir adelante. Por el contrario, la influencia que proviene de una mente amargada tiene el poder de obscurecer todo su entorno y a las personas que llegan a su esfera de influencia. Siempre debemos tener esto en cuenta a la hora de relacionarnos con el resto de las personas, pues el ambiente que nos rodea, generalmente es aquel que nosotros colaboramos a crear. Una influencia tierna y comprensiva, llena de misericordia puede ablandar las durezas de las personas que llegan a su radio. Nunca debemos olvidar que nuestra influencia es algo que puede ser controlado y encauzado por el poder de la mente.
Otro talento muy importante que Dios nos dio es el tiempo. Nuestra vida es demasiado  corta, un día venimos y en un instante morimos, por ello el tiempo nunca debe malgastarse. Cada instante es precioso y debe aprovecharse al máximo. Nunca debiera ponerse la vista en el mañana porque esto hace que no concentremos nuestra atención en el presente. El tiempo debe usarse sabiamente para enriquecer nuestra personalidad y buscar la realización del espíritu. De esta manera, mediante la perfección que viene de una vida vivida en toda su plenitud, el hombre puede ser de mayor utilidad para los demás y colaborar con Dios en la obra de salvación. Nunca debiera dejarse la mente ociosa, pues demasiado tiempo libre trae a la mente pensamientos que llevan hacia el abatimiento y le depresión. La mente es comparable al gas natural, cuando está embasado y concentrado tiene poder para alimentar las llamas, pero cuando se disipa pierde todo poder de combustión. Cuando nuestra mente está concentrada puede encender la llama del espíritu en nuestras vidas.
El dinero es otro talento que Dios nos regaló y es uno de los talentos que se usa con mayor frecuencia en forma egoísta, en la utilización siempre se deben tener en cuenta las necesidades del resto de las personas. Este talento cobra mucha importancia en un mundo de marcadas desigualdades. A pesar de que el planeta Tierra tiene recursos suficientes para alimentar a todos sus habitantes, unas 35.000 personas mueren de hambre al día. Estas cifras son alarmantes y todas ellas son producto de la mala administración del dinero. Cada persona debe tener esto en cuenta y practicar economía y dadivosidad sabiendo que todos seremos juzgados por la administración que hayamos hecho de nuestros bienes.
El primer siervo entregó otros cinco talentos, además de los cinco que había recibido; el segundo entregó otros dos. Pero el tercer siervo, que había recibido sólo un talento, tuvo miedo de su Señor y enterró su talento. Cuando el Señor retornó no había hecho producir lo que se la había confiado. Lamentablemente muchas personas le temen al fracaso y viven pensando en la aprobación de los demás. Aunque siempre debiéramos planificar todo curso de acción,  la planificación debe llevarnos a la actividad, nunca a la pasividad. A la hora de planificar no debe focalizarse en los puntos en contra y en las carencias sino en los puntos fuertes que nos conduzcan a alcanzar la meta.
 El siervo malo, se comparó con los demás que tenían más dones y enterró el suyo. Fijó su mirada en las bendiciones del resto de los siervos, en lugar de ver la suya propia, que aunque era menor podría haberlo llevado a la victoria. Todos tenemos talento para alguna obra, por sencilla que sea, si somos diligentes siempre será de utilidad. Todo talento puede multiplicarse. Cada día se nos encomiendan diferentes tipos de tareas, grandes y pequeñas, estas pueden realizarse con amor y diligencia y ser una bendición. Incluso cruzar la calle y comprar frutas en la verdulería puede ser de bendición si entendemos que nuestra influencia puede alegrar nuestro entorno u obscurecerlo. Cada palabra que sale de nuestra boca puede ser para transmitir esperanza o por el contrario desaliento.
Los siervos que fueron diligentes recibieron su recompensa porque fueron fieles en lo poco, demostraron ser responsables y que podían administrar más talentos aún. Pero el siervo malo perdió el único talento que había recibido y para que se lo dieran al que tenía más.
¡Realicemos con gozo cada obra que se nos encomienda! Vivamos vidas llenas de amor, gozo y felicidad, sabiendo que tarde o temprano recibiremos la recompensa.

miércoles, 10 de octubre de 2012

LA GRAN RECOMPENSA


Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís. (Colosenses 3:23,24)


La Palabra de Dios nos manda a hacer todas las cosas de corazón. Toda obra por pequeña que sea debe emprenderse con esmero y dedicación, aplicando todas nuestras destrezas, habilidades y ciencia para que obtener resultados óptimos. Todo empresa que se inicia sin el anhelo de metas elevadas termina por volverse tediosa y aburrida. Pero cuando el hombre pone todo su empeño,  dedicación y amor las tareas diarias terminan por convertirse en actividades que tienen el poder de recrear al alma que las realiza.
Una actividad que se realiza con amor, lejos de disminuir las fuerzas de quien la lleva a cabo, comunica nuevas fuerzas e inspiración para alcanzar objetivos cada vez más elevados.
Lo peor que le puede suceder a un hombre es proponerse objetivos bajos y alcanzarlos. Esto causa aburrimiento y la vida termina por tornarse gris e insípida. Pero quien confía en la mano poderosa de Dios siempre se fijará metas elevadas. El hombre debe tener sanas ambiciones que lo motiven a avanzar y realizar todas sus tareas con tesón y valentía.
 En la búsqueda de motivaciones pueden surgir muchas. El hombre puede visualizar en el horizonte todo tipo de objetivos que lo inspiren a avanzar decididamente. Sin embargo, el más noble de todos estos fines siempre será agradar al Señor, nuestro Padre y Creador. Dios es amor y ese amor puede verse reflejado en toda su creación. El Diseñador Celestial hace todas las cosas para que sus hijos puedan ser felices y merece ser honrado. Aunque el pecado proveniente del Diablo ha manchado la obra de Dios, aún puede distinguirse claramente la firma del Amante y Misericordioso en todas las cosas que nos ama profundamente. Servir a Dios debe ser la gran motivación del hombre.
Otro móvil del hombre, como lo expresa el apóstol Pablo, es la herencia de vida eterna que recibiremos de Dios. No existe ningún sueño, por elevado que sea que no vaya a concretarse cuando el Señor venga por segunda vez. Ninguno de los bienes y anhelos de esta vida puede compararse a la gran remuneración que Dios tiene preparada para aquellos que sean aprobados en la escuela de la vida. La mayor de todas las recompensas que el hombre pueda buscar, sin duda requiere esfuerzos decididos y firmes para alcanzarla, no es fácil pero el pago es inmensamente superior a cualquier esfuerzo que pueda hacerse en este mundo.
 ¿No trabaja el hombre para ganar un salario corruptible aquí en la Tierra? ¡Cuánto más debiera trabajar para ganar la vida eterna! Podremos ver al Señor en persona, al Rey del Universo y a todos sus hijos que vivieron durante toda la historia, y no solamente esto, sino también a todos los ángeles e hijos de otros mundos. Veremos cosas que ningún hombre ha imaginado jamás, cosas asombrosas, un viaje que ninguna moneda de la Tierra puede comprar. Solamente se debe servir al Señor con fervor, cada día, sin afanarse por el futuro, para terminar siendo herederos de la recompensa más grande con la que ningún hombre jamás soñó.

lunes, 8 de octubre de 2012

EL SENTIDO DE LA VIDA


Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado. Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos (San Juan 15: 12,13)

¿Alguna vez te preguntaste cual el sentido de la vida?
¿Qué objeto tiene nacer y existir en este mundo?
¿Qué finalidad tiene trabajar, afanarse, enfermarse y curarse para seguir viviendo y finalmente morir?
Quizás nunca te detuviste a pensar el sentido de la vida porque desde niño te enseñaron a correr para alcanzar tus metas, sin preguntarte cual era la finalidad de alcanzarlas.
Nacer, crecer, trabajar, formar una familia y finalmente morir ¿Todas estas cosas tienen sentido en sí mismas?
Todas estas cosas por sí mismas no tienen valor. En sí mismo el hecho de nacer y crecer, formar una familia y trabajar no garantizan que el hombre alcance la felicidad. Muchas personas tienen familia o hijos, con un buen trabajo, sin embargo sienten que sus vidas no tienen sentido.
Sólo una cosa puede otorgar sentido a la vida: El amor. Todas las cosas de la vida que se experimentan y se hace con amor cobran un sentido trascendental. Quien encontró el sentido a la vida, quien aprende a amar se siente realizado y pleno, se siente feliz.
 El amor es un objetivo sublime, trascendental, el amor va más allá de la muerte. El amor transmite un sentido divino a todo aquel que inspira. Es así que vinimos a este mundo para amar y ser amados.
En primer lugar, fuimos creados para amar a Dios y luego para amar a sus criaturas, nuestros hermanos y el resto de los seres de la creación.
Cuando amamos al Creador entonces establecemos un vínculo con la Fuente de la Vida. De Dios provienen todas las cosas inertes y animadas. Dios es la fuente de toda energía y vida.
En Dios toda la realidad cobra sentido, y el ser humano puede soñar con alcanzar metas ilimitadas. El Señor puede dar vida eterna a aquellos que buscan cumplir  sus sueños. No importa cuan elevadas sean las metas de los que aman a Dios, pues tomando la mano del Todopoderoso todo sueño es realizable.
 Dios puede colorear la vida de cualquier persona que no ve por delante más que un horizonte gris. Dios puede enseñarle a cualquiera de sus criaturas cual es el cometido que debe cumplir dentro de la gran familia humana. El gran Maestro tiene una tarea específica para cada uno de sus hijos, pero lamentablemente, perdemos el rumbo porque no buscamos a nuestro Guía.
Vivir con Dios hace que cada latido del corazón pueda ser un festejo, cuando Dios entra a la vida de un hombre, este entiende que el sol sale para iluminar su camino, y así disfrutar de la luz que ilumina las flores y calienta el aire que entra en sus pulmones, sólo para que sea feliz.
El hombre que está junto a Dios empieza  imitar el carácter de Dios, cuya naturaleza es abnegada y humilde. Dios ama entregar todo tipo de dádivas a sus hijos y compartir la felicidad con ellos. Entonces quienes siguen el camino de Dios aman la vida y aman compartir la vida con el resto de los seres humanos. Dios nos creó para que vivamos con los demás y cumplamos una función que sea de utilidad al resto. Toda obra cobra trascendencia cuando se hace para servir al Creador y a sus hijos.
El servicio a los demás comunica sentido a la vida. Jesús lleva el servicio al máximo y dice que el mayor amor de todos es poner la vida por los amigos, como él mismo puso la vida por todos nosotros.  Jesús murió por amor, se entregó para salvarnos ¿Cuántas veces nosotros no entregamos a los demás lo que debiéramos? Incluso nos cuesta entregar una sonrisa, una palabra de aliento, o simplemente tiempo para compartir con nuestros amigos.
El amor abnegado que se traduce en obras de servicio a los demás trae consigo una felicidad genuina y llena de paz. Vinimos para amar cumpliendo todo tipo de obras que sean para el bienestar del prójimo, en la realización de estas obras nos perfeccionamos a nosotros mismo y alcanzamos el máximo desarrollo de nuestro potencial y así vencemos a la muerte.

jueves, 4 de octubre de 2012

El gran YO SOY


Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, Yo Soy.
Tomaron entonces piedras para arrojárselas; pero Jesús se escondió y salió del templo; y atravesando por en medio de ellos, se fue. (Juan 8:58,59)


En sus escritos, El apóstol Juan se caracteriza por resaltar la naturaleza divina de Jesús. El apóstol a lo largo de todo su evangelio resalta las expresiones de Jesús en las que revela este gran misterio del universo. El Dios Creador vino a la tierra y se hizo hombre, un ser humano de carne y hueso. Dios en su inmenso poder, puede realizar cualquier milagro. La encarnación de Cristo constituye uno más profundos milagros del universo que por los siglos indagaremos.
En el versículo de hoy podemos ver que Jesús hace una declaración asombrosa. Abraham había vivido 2000 años antes que Jesucristo naciera, sin embargo el estaba declarando su preexistencia con relación a Abraham. Pero en las Palabras de Jesús podemos ver que no sólo declara una simple preexistencia, que de por sí es asombrosa, sino que lo hace utilizando un verbo particular  “Yo Soy”. El Señor Jesús podría haber dicho “antes que Abraham fuese yo era”, por ejemplo, pero no. El Mesías estaba manifestando no sólo su preexistencia, el estaba dando a conocer su unidad con el Padre, con el Gran Yo Soy.
Cuando Moisés, 1500 años antes de que Jesús llegara, estaba apacentando las ovejas de su suegro Jetro, el Angel del Señor apareció en una zarza ardiendo. El relato bíblico narra lo siguiente:
Y se le apareció el Angel del Señor en una llama de fuego en medio de una zarza; y él miró, y vio que la zarza ardía en fuego, y la zarza no se consumía…
Y dijo: Yo soy el Dios de tu padre, Dios de Abraham, Dios de Isaac, y Dios de Jacob. Entonces Moisés cubrió su rostro, porque tuvo miedo de mirar a Dios. (Éxodo 3:2,6)

Antes que viniese a la Tierra a nacer como un hombre, Dios tomaba forma de ángel, y descendía a este oscuro planeta para participar en forma directa de la salvación de los hombres. En este pasaje el Angel del Señor, se introduce a una zarza y se presenta como el Dios de Abraham y de sus hijos. El único Dios verdadero, tiene poder para presentarse como ángel, como hombre o hasta incluso introducirse en una zarza ardiendo para ocultar su forma y hablar desde el fuego. Este que hablaba con Moses era el Príncipe del Pacto, Angel del Señor que 2000 más tarde se haría carne para venir a llevar los pecados de la humanidad.

La zarza ardiendo en el desierto es un símbolo del Señor Jesús, cuya humilde apariencia exterior en nada reflejaba el fuego eterno que ardía en su interior. Así como la zarza que no tiene belleza, así Jesús vino a los hombres, despojado de su majestad celestial para convertirse en un sencillo carpintero de Nazaret ¿Quién podía pensar que dentro de ese común hombre se encontraba el Ser que había creado los cielos y la tierra?

Luego Moisés preguntó por su Nombre, y Dios respondió:
Y respondió Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me envió a vosotros (Éxodo 3:14)
Dios es el Eterno Ser, en El no existe sombra de mudanza o cambio, no fue, ni será, porque siempre ES. Dios ES AMOR, Dios ES VIDA. No podemos decir que El tiene amor, sino que El ES AMOR.

En palabras de Aristóteles, es el único ser que es puro ACTO, no tiene ninguna cualidad en potencia. La potencia es una posibilidad en todos los seres, mientras que el acto es la consumación de la potencia. Por ejemplo una semilla es una es un árbol en potencia, la semilla tiene la potencialidad de convertirse en otra cosa, existe una posibilidad de que se desarrolle, entonces al pasar de semilla a árbol, está pasando de potencia a acto. Cuando hablamos de potencia hablamos de lo que “podría llegar a ser”, cuando hablamos de acto, expresamos lo que “actualmente es”.

Dios se presenta de esta forma: “YO SOY”. Dios es acto, es puro SER, en El no existe nada que pueda perfeccionarse porque Dios es la perfección en todas las cosas. En el Altísimo no existe nada deba desarrollarse o completarse, porque Dios está completo y en El todas las cualidades alcanzan su máxima expresión, por eso decimos: “DIOS ES AMOR”.  En Dios el amor está perfeccionado y completo, no tiene nada que desarrollar, porque en Dios el amor alcanza su máxima expresión.

Jesús dijo: “antes que Abraham fuese YO SOY” El Señor estaba revelando un verdad asombrosa, Jesús estaba diciendo que El mismo era esa Persona que había hablado con Moisés desde la zarza, El mismo era el Angel del Pacto que se había presentado como el Dios de Abraham, Isaac y Jacob, el mismo era el Gran Creador y Padre de todos.  Por esta razón los judíos quisieron apedrearlo, ellos no aceptaban la naturaleza divina de Jesús y consideraban que estaba blasfemando el nombre de Dios.

Jesús, la encarnación del Amor vino a la Tierra para estar más cerca de sus criaturas, vino para enseñar la verdad porque El mismo es la Verdad, vino a enseñar a amar porque El mismo es el Amor, vino a enseñar a vivir porque El mismo es la Vida. El gran SER ETERNO vino para ser un humano de carne y hueso y entregarse por todos los pecadores. 

lunes, 1 de octubre de 2012

Moralidad e inmoralidad

Porque la Palabra de Dios es viva y eficaz, mas corrante que espada de doble filo que alcanza a partir las coyunturas y los tuétanos y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón (Hebreos 4:12)
El mundo moderno atraviesa una tremenda crisis de valores. Pareciera ser que nadie se atreviera a decir lo que está bien y lo que está mal. Muchos creen que aquello que debe ser considerado como moralmente bueno o deseable proviene proviene solamente de la cultura. Es decir, lo que la sociedad acepta como bueno en un lugar y tiempo determinados, viene a a ser lo bueno y aceptable para las personas que la integran. De esta forma se relativiza lo bueno y malo. Para los sostenedores de este pensamiento "lo moral" para el pueblo africano del 1000 AC no  tiene el mismo valor que para el pueblo argentino del 2000 DC. Lo mismo se puede decir de lo inmoral. Por ejemplo para un pueblo determinado la venganza puede ser justa y considerada como buena, mientras que para otro pueblo la venganza puede ser considerada como una conducta indeseable que debe ser reprimida. En la antigüedad existían pueblos que realizaban sacrificios humanos, incluso que sacrificaban a sus propios hijos. Hoy tal comportamiento resultaría inaudito para la mayoría de los pueblos civilizados. Entonces debemos preguntarnos ¿Es acaso la moral relativa?¿Acaso los juicios de valor que distinguen entre lo bueno y lo malo son meros productos culturales o sociales? El hecho de que todo un Estado se ponga de acuerdo y acepte una conducta como buena o deseable,  no puede otorgarle esa naturaleza por el mero consenso. Un claro ejemplo podemos encontrarlo en el Estado nazi. Durante la primera mitad del siglo XX la mayoria del pueblo alemán entendió que el pueblo judío era el culpable de sus fracasos. De esta manera llegaron a la conclusión de que el sometimiento y posterior aniquilamiento de los hebreos resultaba "bueno" o por lo menos deseable. Sin embargo, claro está, que aunque todo el pueblo alemán o la mayoría creía que el sometimiento de los judíos era bueno, esto no convertia tal aberracion en algo bueno. En definitiva, lo bueno y lo malo jamas pueden consistir en un mero producto social o cultural. Si tuvieramos que delegar la potestad de definir lo moral ¿Quien estaria calificado para determinar lo bueno y lo malo? Quizas algunos podrian decir que la clase de gobernantes de un estado podrian pero ¿no era Hitler de la clase gobernante? Por mas que una persona tenga las mejores intenciones, por mas que tenga alto grado de conocimiento teorico esto no la califica para determinar lo bueno y lo malo. Muchas personas viven bajo la filosofia del hacer y el dejar hacer.  Es decir, todo individuo puede hacer todo lo que desee su corazón, siempre y cuando no moleste a nadie. Pero ¿cuales son las acciones que no interfieren con los derechos ajenos? Mientras estudiaba derecho ena Universidad Nacional de Tucumán unos de los debates más acalorados era el de la legalización del consumo de drogas. Entre los defensores del consumo de drogas uno de los principales argumentos era que el consumo de estas sustancias debía estar permitido simpre y cuando se hiciera en la intimidad del hogar. Pero estos argumentos pasan por alto la indivisibilidad de la raza humana. Nunca lo que le sucede a un vecino me es ajeno. Por mas distante que sea la relacion entre mi vecino y yo, siempre nuestas conductas llegan a un punto de contacto, nuestras vidas están entrelazadas como la vida de la pequeña abeja esta entrelazada con la vida de la flor que poliniza. Lamentablemente nuestro egoismo muchas veces no permite que veamos el delicado entramado que existe entre todos los seres humanos. Una sonrisa y un buen saludo pueden tener un poderoso efecto en el dia de otra persona. Asi tambien un insulto ¡cuanto daño puede hacer! Ningun hombre es una isla. Lo bueno y lo malo jamas pueden consistir en un conjunto de reglas que limiten la interactuación de los seres humanos. Es como si se pretendieran trazar carriles para delimitar las sendas de los seres humanos, creemos que todo lo que se hace dentro de esos carriles es valido siempre y cuando no crucemos de carril. Pero no es tan sencillo como parece cada conducta, cada palabra, incluso cada pensamienton tiene incidencia sobre la vida de mi vecino. Tampoco quiero decir que el hombre deba ejercer un control totalitario sobre la vida de sus semjantes. Un control como el que ejercia el Gran Hermano en el libro de ficcion de George Orwell donde el Estado controlaba los pensamientos mas íntimos del hombre. El único ser que conoce los pensamientos del hombre es Dios. Sólo el poder del Misericordioso Señor puede ayudar al hombre a controlar su naturaleza caida. Dios es el gran Legislador y tiene este poder porque conoce el fin de las cosas desde el principio. En su conocimiento eterno puede preveer a donde llevará cada una de las decisiones que tomemos. Su conocimiento ilimitado y eterno de todas las posibles decisiones que pueden tomar sus criaturas lo facultan para determinar lo bueno de lo malo. Sólo Dios es el omnisapiente, y puede ser el único capaz de delimitar lo bueno de lo malo, lo moral de lo inmoral. Dios es amor y todo lo que Dios permite sirve a sus hijos para alcanzar su felicidad y pleno desarrollo de sus facultades. Dios es nuestro Padre y todo lo que prohibe, lo hace porque sabe que el pecado y lo inmoral nos conducirán inevitablemente a la muerte.