viernes, 28 de septiembre de 2012

El Verbo Creador


En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.
Este era en el principio con Dios.
Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. (Juan 1:1-3)
El Verbo es la Palabra de Dios, es el Pensamiento de Dios, es también una de las personas de la Deidad. Siempre existió con Dios, es una Persona Eterna encargado de la creación del universo, todas las cosas fueron hechas por el Verbo.
Dios habita en la eternidad, existe más allá del tiempo y del espacio. Ninguna mente del universo, por poderosa que sea puede captar toda la profundidad del Eterno, ninguno de los exaltados ángeles pueden entender a Dios en todos sus designios y pensamientos. Pero existe un vínculo entre El Eterno y sus criaturas; existe un punto de conexión entre lo Infinito y lo finito y este punto de conexión es el Verbo. Dios en toda su potencia y resplandor no puede manifestarse a ninguna de las criaturas vivas, así como el océano no puede caber en un vaso de agua, así tampoco no existe ninguna mente que pueda captar toda la plenitud y gloria de la Persona de Dios.
Dios es Eterno, para El no existe el pasado, el presente o el futuro. El Señor es existencia pura, es Ser constante. De Dios no puede decirse que fue o que será, porque Dios es el eterno YO SOY, según fue revelado a Moises en la zarza ardiente. En su mente no existen puntos oscuros, no existe nada que no sea conocido para El, cada uno de los cabellos del ser humano están contados por el Omnisapiente. No cae ni siquiera un pajarito del cielo sin que sea su voluntad. Su mente está en control del funcionamiento de cada una de las leyes que rigen el cosmos. El Todopoderoso con la potencia que mana de su Ser está permanentemente sustentando a cada una de las criaturas vivas que existen.
  No existe ni una sola célula viva en todo el universo cuyo funcionamiento no esté bajo la vigilancia de Dios. El conoce cada uno de los componentes de todas sus criaturas y les ha fijado reglas para su desarrollo y subsistencia. No existe ninguna dimensión conocible por cualquier intelecto que no sea atravesada por la persona de Dios, cada átomo, cada molécula se encuentra bajo su atenta mirada. El llama a cada una de las estrellas por su nombre.
En todo lo creado se puede ver la mano detallista de Dios. Cada uno de los componentes del cuerpo humano posee un diseño de ingeniería que podría asombrar a cualquiera que los estudie. Es imposible negar la existencia de una planificación y diseño de cada uno de lo órganos del cuerpo humano. Cada órgano está conectado a otro y cada sistema sustenta a otro. El cerebro por ejemplo, recibe alimento y glucosa del sistema digestivo, como recibe también oxigeno del sistema respiratorio. Este órgano fenomenal es una supercomputadora capaz de almacenar cientos de miles de bytes de información. No existe en el mundo moderno ninguna computadora, por avanzada que sea, capaz de igualar el funcionamiento del cerebro humano. En un sólo instante el cerebro está procesando la información que recibe de cada uno de sus órganos, ya sean la imágenes que recibe de los ojos, o los sonidos que recibe de los oídos, así como todo el cúmulo de información que en un segundo recibe acerca del funcionamiento de todos los sistemas que conforman el cuerpo humano, todo es controlado por el cerebro.
La robótica más sorprendente con todos sus avances, es una triste imitación del asombroso diseño contenido en el cuerpo humano. Ni siquiera los ingenieros más destacados con cualquiera de los instrumentos de última generación podría igualar a una sola célula en los complejísimos elementos que la componen.
Se puede ver en los seres humanos un diseño tan perfecto que cada una de sus partes necesita del resto para su óptimo funcionamiento. Ninguno de los miembros del cuerpo podría subsistir si no estuviera el resto. Cada uno de los músculos del cuerpo se encuentran relacionados con el resto de los órganos.
En el área de la medicina, a medida que la ciencia avanza, puede verificarse lo absurdo de la creencias científicas de los tiempos de antaño. Muchas de las prácticas curativas de la antigüedad, se consideran hoy como terribles insensateces, gracias a los nuevos descubrimientos. 
El cuerpo humano arroja más y más misterios, pareciera ser que nunca terminaran de descodificarse todos las reglas que rigen su funcionamiento, miles de puntos oscuros no encuentran respuesta para la biología y la medicina más avanzada. Sin embargo, en todo el cuerpo humano puede verse una mapa que permite el estudio progresivo de la planificación por la cual fue creado cada uno de los microcomponentes que dan vida a esta maravillosa creación de Dios.
Todo la creación habla del poder del Altísimo Creador. En todo el universo, incluido el diseño del cuerpo humano, puede verse la firma de Dios Eterno, cuyos pensamientos de amor perfecto se plasman en la asombrosa obra de sus manos.

Victoria en la oscuridad

Pero el Señor estuvo con José, le extendió su bondad y le dió gracia en los ojos del jefe de la cárcel. Y el jefe de la cárcel entregó en la mano de José todos los presos que había   en la prisión. Todo lo que se hacía allí lo hacía José. (Génesis 39:21,22). 
José fue uno de los 12 hijos de Jacob. Fue el preferido entre los hijos del patriarca y sus hermanos por envidia lo traicionaron y se las ingeniaron para fingir la muerte de José y mandarlo como esclavo a Egipto.
Cuando José empezaba a salir adelante en Egipto, por una segunda traición fue puesto en una cárcel. El joven había preferido ser fiel y puro antes que pecar contra Dios, por lo cual sintió la ira del Diablo que obró por sus ministros para echar a la cárcel a José.
A pesar de todos los problemas de su vida, el hijo de Raquel vivió una vida intachable. En la más oscura de las prisiones su carácter bien dispuesto lo convirtió en el hombre más importante de la prisión. El lugar menos agradable era llenado con la luz de Dios porque José era un portador de ella. No importa cuan humildes sean tus tareas, serás prosperado si haces de Jesús tu compañero. El Rey del cielo se despojó de su majestad para venir a cumplir la sencillas tareas manuales de un carpintero. Estas humildes tareas se convertian en trascendentales porque eran realizadas por Aquel que pone todo su amor en cada una de las obras que realiza. El Creador del universo vino a trabajar con sus propias manos la madera para construir muebles y cosas necesarias para la vida cotidiana de los habitantes de un pueblito de Israel. Se despojó de toda su gloria, renunció a las alabanzas y loores del cielo para venir a convertirse en uno mas de los trabajadores de Nazaret.
Quien quiera que goce de la compañia del Señor tendrá grandes aspiraciones, sus sueños no se verán truncados por las circunstancias adversas. El hombre sabio es de pujante vigor, no será detenido por la discriminación, ni por la pobreza, ni por la falta de recursos. El hombre es arquitecto de su destino, él puede abrise un camino a través de la selva; es el mismo hombre quien puede fabricar un oasis en medio del desierto; poner luz donde hay tinieblas. La victoria y la derrota para el hombre siempre comienzan en su corazón. Como es el pensamiento del hombre tal es él. Aqui radica la importancia de la Palabra de Dios. El Espíritu Santo infunde aliento y esperanza por medio de los Escritos Inspirados. Al leer la Biblia el lector se sumerge en caudales de amor que llenan su vida de fuerzas para enfrentar cada uno de los problemas que pueden presentarse en su camino. Leyendo la Biblia el hombre guarda en su corazón el pensamiento y mandamientos de Aquel que no conoce la derrota y que posee todas las respuestas. Quienquiera que lea la Palabra Revelada con fe, se unirá en el espíritu con Dios y todo en su vida será alumbrado por la luz del evangelio. 
José con el tiempo se convirtió en el hombre más importante del imperio más poderoso de su época. Pero la victoria de José comenzó en su espíritu y en su mente cuando se unieron al Señor en una oscura prisión de Egipto.

La Sangre del Cordero


Y mientras comían Jesús tomó el pan, lo bendijo y lo partió. Dio a sus discípulos y dijo: "Tomad, comed. Esto es mi cuerpo".
Luego tomó la copa, dio gracias, y la pasó diciendo: "bebed todos de ella. Porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que va a ser vertida en favor de muchos para el perdón de los pecados"(Mateo 26:26-28)
Estas palabras son sumamente significativas para la humanidad. Ellas marcan un antes y un después entre dos sistemas de adoración, entre dos pueblos: el judío y el cristiano.
Durante mil quinientos años los judíos habían celebrado las fiestas rituales establecidas por Moises. En el cumplimiento de estas ceremonias, se derramaba la sangre de becerros y corderos para el perdón de pecados. Sin embargo, estas ceremonias habían sido establecidas por Dios para que su pueblo pudiera entender en que consistía el sacrificio del Mesías cuya sangre habría de purificar los pecados de la humanidad.
Cuando Juan el Bautista vio a Jesus en el Jordan lo reconoció como el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Entendió que aquel humilde carpintero había venido al mundo para cumplir todos los símbolos de las ceremonias rituales del antiguo testamento.
El hombre judío en cumplimiento de las leyes mosaicas para la purificación de sus transgresiones debía escoger un cordero sin defectos símbolo de Aquel Sustituto que habría de morir sin pecado, en reemplazo por los pecadores. 
Jesus murió haciendo realidad todos los símbolos de las fiestas ceremoniales judías. Su sangre fue derramada al igual que la de los corderos para que todos aquellos que creyeran en su nombre pudieran tener vida por medio de su sacrificio. A través de la cruz de Cristo nos libramos de la muerte eterna porque El llevó la pena por nosotros y al mismo tiempo en sus heridas somos curados y nos convertimos en herederos de la vida eterna.
La paga del pecado es la muerte. La transgresión de la ley de Dios tiene como consecuencia ineludible la ausencia de vida. Dios es santo y puro, no admite pecado en la pureza de su ser y el pecado hace que Dios retire su presencia. Pero el Padre Celestial envió a su Hijo para limpiar por su sangre a los que estaban contaminados por la iniquidad del pecado. De esta forma Dios estaba reconciliando al mundo consigo mismo por medio de Jesus.
Por la sangre de Cristo Dios celebró un pacto con la humanidad. Al aceptarlo como sustituto, nuestra propia sangre no debe ser ya derramada, así tampoco nuestro cuerpo debe ser quebrantado por nuestras iniquidades porque Jesus bebió la amarga copa del castigo que pesaba sobre nuestra alma, así, gracias a su justicia, los creyentes adquirimos el derecho de beber la copa de la vida eterna.
El pacto antiguo consistía en el derramamiento de sangre de animales. El pacto nuevo y eterno ha sido sellado con la preciosa sangre de Jesucristo. Un nuevo pacto espiritual, cuyas ceremonias se realizan en lo profundo del corazón del hombre cuando acepta por fe la purificación por medio de la sangre de Jesús. Un nuevo pacto que nos traslada al santuario del cielo donde Jesus es nuestro mediador ante el Padre. Hoy puedes subir a ese tabernáculo de la paz para encontrar remedio para tus pecados y perdón.

martes, 25 de septiembre de 2012

DIOS SE HIZO CARNE

Sin discusión, grande es el misterio de la piedad: Dios fue manifestado en carne (1 de Timoteo 3:16)
El misterio de Jesucristo será estudiado por la eternidad sin fin. Aquel que hizo los cielos y la tierra nació como un bebé indefenso para compartir la suerte de sus criaturas.
El Hijo de Dios salió desde el seno del Padre para dar a conocer al Dios que traspasa toda dimensión comprensible para el hombre.
Jesús es el pensamiento audible de Dios. A través de Jesús podemos entender con nuestras mentes limitadas el pensamiento del Dios que habita en la eternidad. En Jesús vimos la totalidad del Padre concentrada en un hombre de carne y hueso. ¿Cómo no iba a cambiar la historia de la humanidad? ¿Cómo no iba a haber un antes y un despues de Cristo ? Dios vino a la Tierra y vino para curar a los enfermos, para sanar a los leprosos, para liberar a los cautivos, para rescatar a los que se habian perdido.
El poder ilimitado del Padre estaba a disposición de Jesús, pero siempre lo usó en beneficio de los demás, nunca para beneficiarse a sí mismo.
Las multitudes acudían a Jesús porque veían en sus ojos el amor de un Dios misericordioso que buscaba su felicidad. En las manos de Jesús sentían el toque de aquel que había diseñado sus propios cuerpos y les había regalado la vida; en las palabras de Jesús escuchaban el poder por el cual se había hecho la luz, la tierra y todas las criaturas en los 6 días de la creación.
El Dios que sustenta la vida descendió a este planeta rebelde para ofrecer el perdón a quienes aceptaran la luz y el sacrificio del Hijo del Hombre como expiación por sus pecados.
La luz vino a las tinieblas para alumbrar, la luz vino a la tierra para guiar hacia la verdad. De la boca de Cristo salían preciosas perlas de verdad que se convertían en bálsamo de curación para los heridos; en palabras de santa amonestación para los descarriados; y en enseñanzas de edificación para los indoctos.
Dios vino a la Tierra como un hombre: sin duda un gran misterio

lunes, 24 de septiembre de 2012

Confianza en Dios


Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.(Romanos 8:28)
Dios nos puso en la escuela de la vida para que aprendamos a amar y a confiar en El. No somos los únicos hijos de Dios en el universo. El planeta Tierra es sólo un pequeño punto en el vasto cosmos creado por el Eterno. Ante el trono de Dios miles y millones de ángeles se encuentran en la presencia del Altísimo adorando constantemente su majestad. El universo tiene muchas criaturas que no han probado el pecado.
Los seres humanos somos una raza especial de entre todas las creadas por Dios, somos una especie que necesita probar la transgresión y experimentar el pecado, para entender que la desobediencia a la ley de Dios es destructiva. Es así que el Todopoderoso permitió que la muerte y el dolor se desarrollaran en este lugar del universo llamado planeta Tierra. Dios podría haber destruido la rebelión y el pecado inmediatamente como quien tira una piedrita al agua. Sin embargo, no lo hizo ¿Por qué?
Dios quiere que el hombre comprenda que el pecado conduce a la muerte. El desea que le brindemos obediencia voluntaria, no forzada. La obediencia que Dios requiere es la misma que un padre demanda de sus hijos, una obediencia que se funda en el amor. Todo hijo cumple con las órdenes de su padre, en primer lugar porque su progenitor lo trajo al mundo y en segundo lugar porque todo hijo, en la mayoría de los casos, recibió tiernos cuidados de sus padres durante los primeros años de vida. Por ello los hijos deben respetar a sus padres y mientras son menores deben obedecerles para su bien.
El Señor permite que nosotros andemos nuestras propias sendas y que caminemos por donde nuestra voluntad nos conduzca. El permite esto, sin embargo, quisiera que nosotros busquemos hacer su voluntad, porque nos ama y conoce cuales son los mejores caminos para nuestras vidas.
Una vez que el hombre entiende que someterse a la voluntad de Dios es lo mejor para su existencia y comienza a aceptarla y cumplirla, entonces empieza una larga carrera llena de enseñanzas en las cuales el ser humano va reformando su conducta para amoldar su personalidad a lo que Dios espera de él. El arrepentimiento conlleva una reformación del carácter. El hombre renuncia a sus propias sendas y forma de ver las cosas, entonces se somete a Dios y acepta sus mandatos como buenos y necesarios para la vida.
Toda clínica de rehabilitación tiene un Director con sus médicos ayudantes, enfermeros y demás personal. Dios quiere que nosotros nos sometamos a él sabiendo que su intención es rehabilitar nuestras vidas y caracteres, de tal forma que podamos habitar con lo ángeles del cielo junto con todos los hijos de Dios que no han conocido la mancha de la transgresión. Debes confiar en Dios, porque El quiere que seas prosperado. El pasaje de la carta de Romanos dice que los que aman a Dios todas las cosas les ayudan a bien. Si has decidido rendir tu vida al Señor, no importa cuán oscuras sean las tinieblas en tu camino, sólo debes tomarte de la mano de Aquel que puede calmar todas las tormentas y que nunca perdió una batalla. Dios quiere que aprendas a confiar en El, aún en medio de las dificultades más tremendas. Aunque pareciera que tu problema no tiene solución, Jesús quiere que aprendas a tener fe y que sepas que en algún momento, por más densa que sea la oscuridad, si amas a Dios, tarde o temprano veras la luz. Entonces habrás salido del túnel fortalecido, más humilde y agradecido, más lleno de amor.
Maximiliano Juarez 

domingo, 23 de septiembre de 2012

LA IRA


No te apresures en tu espíritu a enojarte; porque el enojo reposa en el seno de los necios. (Eclesiastés 7:9)
Cada día interactuamos con otras personas, en este trato cotidiano constantemente surgen roses y diferencias con los otros que, al igual que nosotros, tienen debilidades.
¿Cuántas veces te encontraste con situaciones que te desbordaron? Tu vecino, al igual que tú, pasa por situaciones difíciles que no sabe cómo resolverlas, problemas ante los cuales no tiene respuestas.
Salomón nos llama a refrenar nuestro espíritu antes de enojarnos. Contar hasta diez, respirar profundo y contestar al maltrato con palabras temperadas es una virtud muy valiosa en este mundo.
Mejor es el que tarda en airarse que el fuerte;
Y el que se enseñorea de su espíritu, que el que toma una ciudad. (Proverbios 16:32)

Algunas personas confunden el concepto de carácter fuerte diciendo que una persona tiene mucha personalidad cuando es temperamental y se impone a los demás. Esta es una idea errada. En verdad podemos decir que una persona tiene carácter fuerte cuando domina su espíritu, cuando controla sus emociones y mantiene la calma cuando las personas alrededor la perdieron. Una persona que domina sus sentimientos ejerce una influencia tranquilizadora sobre los demás, que verán contrastada sus propias reacciones violentas con la paz del hombre o mujer templados.
La templanza es una virtud realmente admirable y es una de las cualidades de Dios
Misericordioso y clemente es el Señor;
Lento para la ira, y grande en misericordia.(Salmos 103:8)

Quienes quieran ser perdonados deberán perdonar. Quienes quieran recibir un buen trato deberán darlo. Quienes quieran sentir la misericordia de Dios en sus vidas cuando cayeron, deberán ser misericordiosos con los demás cuando caigan y se equivoquen.

jueves, 20 de septiembre de 2012

Las Palabras


Porque de la abundancia del corazón habla la boca.
El hombre bueno, del buen tesoro del corazón saca buenas cosas; y el hombre malo, del mal tesoro saca malas cosas. (Mateo 12:34,35)

¿Alguna vez escuchaste el dicho “las palabras se las lleva el viento”? Este dicho es usado muchas veces para hacer referencia a la intrascendencia de las palabras. De alguna manera, busca expresar que las palabras no tienen importancia. Pero muchas palabras no son llevadas por el viento, sino que tienen un poder para cambiar la realidad. Por lo cual, en el pensamiento y enseñanzas de Cristo la palabra tiene mucha importancia.

Las palabras son un reflejo de la mente, a partir ellas podemos entender y conocer el contenido del corazón del hombre. Todo lo que ocupe el primer lugar en el corazón de una persona será su tema favorito de charla. Hay personas que hablan todo el tiempo de dinero, porque  tienen dinero en la mente. Piensan todo el tiempo como obtener dinero, como acumular dinero o cómo hacer para no perder dinero. Otras personas hablan todo el tiempo de sus novias o esposos es lo más importante de sus vidas; otras personas hablan de autos; otras hablan de sus hijos; de política, de la televisión. En definitiva, sin lugar a dudas, podemos conocer a una persona por medio de sus palabras.

Las palabras, para nuestro pesar, no se las lleva el viento. Tienen importancia y trascendencia en nuestra vida y en la vida de los demás. Con las palabras damos aliento, consolamos, transmitimos esperanza, comunicamos amor o ternura. Pero también con las palabras insultamos, herimos, transmitimos desesperación y amargura. Nuestros labios pueden convertirse en medicina para los demás, pero también pueden ser un veneno que contamine la vida del resto.

Muchas personas hablan mucho, otras escriben mucho. A lo largo de la historia de la humanidad las palabras han ejercido una poderosa influencia sobre el destino de los hombres. Existen diferentes teorías que siempre encuentran alguna persona dispuesta a ponerlas en práctica. Las palabras de Karl Marx- sólo por mencionar un ejemplo- no se quedaron encerradas en el “Manifiesto comunista”, más bien salieron de él y sirvieron de inspiración para algunos de los regímenes políticos más sanguinarios conocidos por el hombre. De nuevo, las palabras no son meros trazos de tinta inertes, las palabras tienen poder e influencia sobre aquellos que las reciben.

Por otro lado, las palabras de Cristo han sido de ayuda y salvación para millones de personas, siempre y cuando que fueron aplicadas de acuerdo con el verdadero sentido en el que fueron dichas por el Divino Maestro. Por eso Jesús dijo: “Las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida (Juan 6:63)”. Sus Palabras están llenas del Espíritu Santo, están llenas de amor y se convierten en bálsamo vivificante para aquellos que las reciben con fe.  Las Palabras de Dios tienen poder creador. La Biblia dice:
Por la palabra del Señor fueron hechos los cielos,
 Y todo el ejército de ellos por el aliento de su boca. (Salmo 33:6).

La Palabra de Dios es verdadera y tiene tal poder que cuando Dios dice algo permanece para siempre. La Palabra de Dios tiene poder creador, El dijo y fue hecho. Dios dice “Hágase la luz” y la luz se enciende. Por eso debes permitir que la Palabra de Dios entre a tu vida para que te llene de paz y felicidad. Debes abrir la puerta de tu corazón para que entren estas maravillosas palabras de vida que te guiarán por las sendas del mundo.

Finalmente Jesús dijo lo siguiente acerca de las palabras:
Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado. (Mateo12:37)

Tan trascendentales para Dios son nuestras palabras que Jesús dijo que en el juicio final seremos justificados o condenados por ellas. En un solo día las personas pueden pensar muchas cosas buenas y malas, pero no todas estas cosas se convierten en palabras. Nosotros tenemos diálogos internos que fluyen en nuestro interior. Mediante un pensamiento o voz interiores afirmamos una cosa, pero a continuación surge otra voz o pensamiento interior que refuta lo dicho por la primera voz. Así, dialogamos con nosotros mismos, hasta que finalmente llegamos a una conclusión y emitimos un juicio expresado en palabras. Es decir, las palabras que salen de nuestros labios constituyen la conclusión del diálogo interno que fue avanzando entre afirmaciones y refutaciones. De todas las voces que sonaron en mi interior y que intentaron imponerse una sobre la otra finalmente terminó prevaleciendo aquella que quedó cristalizada en palabras. Muchos pensamientos pueden ser inocuos y morir, quedarse en la nada porque fueron refutados por otros argumentos interiores, de esa manera fueron anulados, para bien o para mal.

Dicho de otra forma, las palabras son el resultado de las argumentaciones y refutaciones que realizamos en la intimidad de nuestra mente, entonces las palabras se convierten en un reflejo de los pensamientos predominantes en nuestro ser. Todo podemos tener pensamientos buenos y malos, pero al final depende de nosotros elegir entre unos y otro. Luego, los pensamientos predominantes de nuestra personalidad son puestos en palabras, ya sea para salvación o para condenación; ya sea para herir o sanar; para matar o amar.

EL SILENCIO


El hombre prudente calla (Proverbios 11:12)
Si no sabes que decir, es mejor callar. Existe un  dicho muy conocido que reza: “El hombre es dueño de su silencio, pero esclavo de sus palabras”. Cuando te comprometes para hacer algo debes cumplirlo, de lo contrario, la gente te tendrá por mentiroso y no confiará en ti. De ahí la importancia de estar bien seguros cuando nos comprometemos para hacer algo. El Señor Jesús enseño: “Tu cuando digas que sí, que sea sí, y cuando digas que no que sea no” (Mateo 5:37).
Eres esclavos de los compromisos que asumes por medio de tus palabras. Es preferible callar y no asumir compromisos hasta no estar 100% seguros que podremos cumplir con ellos. En el silencio hay libertad de acción, el silencio tiene poder y elocuencia.

En las muchas palabras no falta el pecado, más el que refrena sus labios es prudente (Proverbios 10:19)

A veces nos encontramos con personas que hablan mucho, pero no dicen nada. Quizás hablan mucho porque no consideran que sus palabras sean importantes. Pero siempre, en cuestiones de diálogo es preferible calidad antes que cantidad. El sabio Salomón nos enseñó que el hombre prudente debe refrenar sus labios. No es necesario dar una respuesta para todo, somos seres humanos y constantemente estamos aprendiendo, así es mejor callar que dar una respuesta inadecuada.
 Refrenar los labios significa pensar antes de hablar. El mundo moderno, en sus vertiginosas carreras, demanda de los hombres rapidez, como si fuéramos robots automatizados que deben dar respuestas inmediatas. Pareciera que hoy en día los hombres debemos ser una especie de fábrica automatizada que debe andar al mismo ritmo y velocidad que el resto de las máquinas. Si nos somos rápidos, si no damos respuestas automáticas nos quedamos fuera del sistema.
Los afanes de esta vida, el afán de dinero y el consumismo hacen que el hombre no se detenga a pensar y a estar en silencio, es como si no tuviéramos tiempo para meditar y planificar las cosas que hacemos. Contrariamente, la Biblia nos aconseja a callar, nos invita a pensar, a no ser precipitados. La mayoría de los estafadores conocen la tendencia del hombre a dar respuestas apresuradas, y se valen de esto para poder estafar tratando de generar en sus víctimas un sentido de urgencia y así lograr sus objetivos delictuales. Un estafador te dice: “rápido es la última oportunidad de tu vida, no te queda más tiempo ¡Me tienes que dar una respuesta ahora mismo! Quién quiera escapar a las estafas del mundo moderno deberá: detener sus labios; meditar; y si no conoce la respuesta mejor callar.
 El silencio puede convertirse en una oportunidad para orar y consultarle a Dios acerca de nuestros caminos. En el silencio podremos llegarnos a Dios y pedirle que ilumine nuestras sendas y así evitarnos muchos fracasos y chascos. Entonces el silencio se convertirá en una oportunidad de pasar tiempo con Dios. Muchas veces Jesús se retiraba a lugares apartados para estar en silencio y hablar con  su Padre Celestial. Jesús no podía fallar, no podía dar respuestas impremeditadas, en sus manos estaba tu vida y la mía. Por eso se apartaba para estar en silencio y encontrarse con Aquel que es la fuente de toda sabiduría.

Otro pasaje de las Sagradas escrituras muy interesante acerca del silencio lo encontramos en el libro de los Proverbios:
Aún el necio cuando calla es contado por sabio, el que cierra sus labios es entendido (Proverbios 17:28)
Muchas personas son interesantes hasta que abren sus labios, cuando abren sus labios dejan de serlo porque sus labios delatan su falta de conocimiento. Por ello, si no conoces nada sobre el asunto mejor no decir nada ¡Quizás hasta seas contado por entendido! Hay quienes tratan de mostrar lo que no son, por falta de autoestima, para agradar a los demás, o simplemente para ganar un favor. Pero lo cierto es que cada ser humano es una criatura hermosa para Dios, tratar de agradar a los demás, mostrando algo falso, es inútil, tarde o temprano se conocerá la verdad sobre el asunto y quien quiera que haya mostrado altilocuencia o falsa ciencia sobre un punto débil de su persona, tarde o temprano será descubierto y será tenido por necio y mentiroso. Es preferible ser contado por sabio y entendido gracias a un elocuente silencio.
El silencio, además, es una forma de protegernos de las malas personas. En la vida siempre nos topamos con gente cuyas intenciones no son las mejores. Los evangelios relatan el momento del juicio de Cristo, cuando sus enemigos buscaban formas de matarlo. Para poder lograr sus fines perversos los sacerdotes y fariseos buscaron falsos testigos, mentirosos que declaraban falsedades en contra de Jesús. El Divino Maestro conocía el negro corazón de sus enemigos, por ello a pesar de las mentiras proferidas en el juicio en contra suyo, el Maestro guardaba silencio:
Mas Jesús callaba y nada respondía (San Marcos 14: 61)
¿Para qué hablar con a aquellos que no querían escuchar? ¿Para qué tratar de convencer a quienes habían visto sus milagros y aún así pretendían matarlo? El silencio es una herramienta eficaz para mostrar los errores a una persona que no quiere escuchar.
Jesús había tratado de convencerlos con lazos de amor, Jesús había devuelto la vista a los ciegos, curado leprosos y había hechos caminar a los inválidos. La última herramienta del Maestro para convencer a sus enemigos fue el silencio. Jesús calló ante las mentiras evidentes, ante la iniquidad manifiesta, quizás sus enemigos se encontraron con el silencio de Jesús y  así pudieron contemplar sus propios pecados. A veces el silencio se convierte en una dura amonestación.
Dios también guarda silencio muchas veces en nuestras vidas,  porque no estamos dispuestos a escuchar. Cómo el Padre que no tiene más remedio que permitir que su hijo se golpee, Dios guarda silencio para que nosotros andemos nuestros propios caminos, tomemos nuestras propias decisiones y de ser necesario, aprendamos a partir de los golpes.
En la parábola del hijo pródigo el padre tuvo que guardar silencio cuando su hijo se fue de casa para malgastar sus bienes. A pesar de que guardó silencio, el corazón del padre sufría al ver que su hijo amado se iba de su lado. Aunque el Señor guarda silencio, su corazón anhela que lo busques, que hables con El. Un día el hijo pródigo volvió al hogar y su padre lo recibió con lágrimas en los ojos e hizo un banquete para él. Cuando regreses y busques a Dios el silencio se convertirá en lágrimas de alegría en la hora de tu reencuentro con el Todopoderoso
Maximiliano Juarez

Meditaciones para la vida eterna